.SANTOS BERARDO Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES. En 1219 san Francisco envió a muchos frailes a misiones. Entre ellos estaban nuestros cinco santos, Berardo, Pedro, Acursio, Adyuto y Otón, todos ellos de Umbría, que bajo la guía de fray Vidal fueron enviados a Al Ándalus y al Magreb. En Aragón cayó enfermo fray Vidal, y los otros cinco hermanos continuaron viaje a Coimbra, donde estaba la corte portuguesa, para pasar luego a tierras de musulmanes. Ya en Sevilla pretendieron predicar en público el Evangelio y entrar en la mezquita, pero fueron apresados y expulsados. Llegaron a Marruecos y en Marrakech continuaron predicando la fe cristiana, por lo que fueron detenidos, encarcelados y torturados. Ante su reiterada negativa a abdicar de Cristo, el sultán los condenó a muerte y él mismo los degolló el 16 de enero de 1220. El infante don Pedro de Portugal trasladó a Coimbra sus restos, ante los que san Antonio decidió pasarse a la Orden Franciscana. Se dice que san Francisco, al enterarse del martirio, exclamó: «¡Ya puedo decir que tengo cinco auténticos hermanos menores!».- Oración: Señor todopoderoso, que santificaste los comienzos de la Orden Franciscana con la sangre de sus primeros mártires, los santos Berardo y compañeros, concédenos que, a ejemplo de ellos, sepamos mantenernos firmes en la fe, y con nuestra vida demos testimonio de ti ante los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SAN JOSÉ VAZ. Nació en Goa (hoy, India), cuando era de dominio portugués, el año 1651. Ordenado sacerdote en 1676, ejerció un intenso y fructífero apostolado en su diócesis, hasta que ingresó en la Congregación de San Felipe Neri (Oratorianos) y marchó como misionero a Ceilán (hoy, Sri Lanka), donde estaba prohibida bajo pena de muerte la presencia de sacerdotes católicos. Debido a la persecución, vestía como un mendigo y ejercía sus funciones sacerdotales en los encuentros secretos de los fieles, a menudo por la noche. Sus desvelos dieron fuerza espiritual y moral a la atribulada población católica. Se entregó en especial al servicio de los enfermos y cuantos sufren. Su atención a los enfermos durante una epidemia de viruela en Kandy, fue tan apreciada por el rey que se le permitió una mayor libertad de actuación. Desde Kandy pudo llegar a otras partes de la isla. Se desgastó en el trabajo misionero y murió en Kandy el 16 de enero de 1711. Tradujo el Evangelio a lenguas nativas. Canonizado el 14-I-2015.