Estamos
aquí para tres cosas:
- REZAR
La Sagrada Escritura: “Santa y saludable es la oración
por los difuntos”.
Dice
Jesús.: “Pedid y recibiréis”.
En
el Antiguo Testamento (Macabeos): “ Judas... mandó ofrecer 2000
dracmas por los caídos en la guerra”.
San
Pablo: “Siempre y en todo momento sean presentadas vuestras
oraciones...”
San
Agustín: “Una lágrima se evapora, una flor se marchita, una
oración la recibe Dios”.
Sta.
Mónica al morir dice a su hijo Agustín: “Tenme presente ante el
altar...”
Juan
Pablo II en el testamento (2 de abril de 2005) pide que se ofrezcan
misas por su alma.
La
Iglesia pone un mes al año (noviembre) y un día, el 2 de noviembre,
para rezar por los difuntos.
En
todas las misas se reza por los difuntos.
Estamos
aquí para rezar por Damián, especialmente su familia y amigos.
- CONSOLARNOS
Hay huecos en las casa que no los llena nadie y es
entonces cuando necesitamos el consuelo de los amigos, y es entonces,
cuando viene Jesús y nos dice:” Venid a mí los tristes y
agobiados que yo os aliviaré”. “Yo soy la resurrección y la
vida”...
RESURRECCIÓN
DE JESÚS
San
Pablo: “No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos...”
Santo
Domingo de Guzmán – burgalés- Lloraban sus padres al morir y les
dijo: “ No lloréis, pediré por vosotros desde el cielo...”
Juan
Pablo II (el 1 de abril de 2005) dijo a los que lloraban: “No
estéis tristes, voy al cielo, estad alegres...”
Teilhard
de Chardin: “Piensa que estáis en manos de Dios, tanto más fuerte agarrado cuanto más decaído y triste te encuentres.”
Sta.
Teresita, al recordar a sus cinco hermanitos muertos, dice: “¡Me
daban una paz!”
MARÍA
CONSOLADORA DE LOS AFLIGIDOS
- MEDITAR
Piensa
que la vida se nos va... MORIRÉ
He
muerto a la niñez, la juventud...
Dice
el C. Vaticano II: “El máximo enigma de la vida es la muerte.”
Jorge
Manrique: “Recuerde el alma dormida...”
Sto.
Tomás Moro y su hija Margarita (le rogaba para que, por vivir,
consintiera a las pretensiones del rey Enrique VIII) a lo cual él
respondió: “¡Por veinte años, voy a perder la eternidad...!”
Sto.
Tomás de Aquino a la hora de la muerte le dice una hermana:
- "¿Qué es lo que más te ha sorprendido en esta vida?" Le contestó:
- “Que
la gente se acueste en pecado.”
San
Carlos Borromeo decía: “Pecador, alerta, que la muerte se
acerca... No te acuestes en pecado, no amanezcas condenado.”
Cántico
tradicional: “Muerte, juicio, infierno y gloria, recordad por no
pecar.”
¡Que
María lleve al cielo a aquel que tantas veces le dijo: “Ruega por
mí a la hora de mi muerte!”
Ella
que es consuelo de los afligidos: consuele a esta familia apenada por
la muerte de Damián y nos ayude a vivir de tal forma que nos
encontremos un día en el cielo con Cristo muerto y resucitado, María
Madre de Jesús y nuestra, santos de su especial devoción y nuestros
seres queridos que un día compartieron con él y nosotros la
existencia en esta vida.
D. Pedro
Gutiérrez Ubierna (sacerdote)