Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios

Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!

¡Jesús es amor sin límites!



¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!

¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024


MªEsperanza Román


¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.


¡Te basta mi gracia!

Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!



¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

domingo, 13 de septiembre de 2015

AMAD A LOS ATEOS.


by pajares95
Tomado del Libro: "A los Sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen"Locuciones interiores del Inmaculado Corazón de María al P. Stefano Gobbi
24 de agosto de 1977VirgenFátimaCorazón19
Fiesta dei Apóstol S. Bartolomé
La estrategia decisiva.
«Hijos míos predilectos, mirad con mis ojos el mundo en que vivís. Veréis cómo mi Enemigo se ha adueñado de todo: nunca, como hoy, el mundo ha sido tan suyo, ha hecho de él su reino, en el que ejerce, como soberano, su poder. Y las almas, víctimas de su seducción, se pierden cada día en, número siempre creciente.
Yo quiero salvarlas con una intervención extraordinaria de mi amor de Madre. Para ello necesito de vosotros, de vuestro amor. Amad con mi mismo Corazón a todos esos pobres hijos míos, a quienes Satanás y el pecado han arrastrado a la muerte.
Amad sobre todo a los más alejados: a los que niegan la existencia de Dios y os rechazan y persiguen; incluso a los que son esclavos del vicio, del odio y de la violencia.
Se han convertido en dóciles instrumentos en manos de Satanás, que los utiliza a voluntad y con frecuencia obran impulsados por su maléfico influjo. Pero también ellos han sido redimidos por Jesús, y también ellos son hijos míos. Tienen más necesidad de Mí, porque son los más enfermos
Amadlos vosotros en Mí y por Mí. Amadlos con un amor puro y sin reservas. Amadlos con mi mismo amor.
Aunque os parezca que no os responden, en realidad no es así. Vuestro amor, es una fuerza que los libera del dominio de Satanás.
Es ya como una luz que barre las tinieblas que los rodean; es la ayuda más preciosa que les podéis prestar para su salvación.
Vosotros sois míos, y me serviré de vosotros para la vuelta a casa de todos aquellos hijos, que mi Enemigo me ha arrancado y sometido a su dominio.
Quiero que todos mis hijos extraviados vuelvan a entrar, a través de vosotros, en el recinto de mi jardín; así se salvarán.
Tengo prisa, hijos predilectos, porque ha llegado la hora. Tengo prisa porque la batalla, que ya ha empezado, está a punto de llegar a su momento decisivo.
Mi estrategia decisiva, la que traerá la victoria, sois vosotros, hijos predilectos: tengo necesidad de todo vuestro amor para arrancar de las manos de mi Enemigo a todos mis hijos que él me ha arrebatado.
Sólo cuando todos hayan entrado en el jardín de mi Corazón Inmaculado se comprenderá cómo mi triunfo será sólo el triunfo del Amor en el mundo.»

CONSAGRACIONES MINISTERIOS DEL AMOR SANTO.



by pajares95
Un Ministerio y Santuario Ecuménico

Consagraciones para todos los días


CONSAGRACIÓN MATUTINA AL ESPÍRITU SANTO

Santísimo Espíritu, yo te consagro cada momento de este día. Abre mi corazón a Tus inspiraciones. Aliéntame a hacer la Divina Voluntad de Dios. Amén.
“Cuando comiences el día de esta forma, el Espíritu Santo estará contigo y te guiará. No temas ninguna consecuencia del día, pues estarás bajo Su protección.”  (Nuestra Señora, 3 de Enero de 1998)

CONSAGRACIÓN A LA ABNEGACIÓN

Querido Jesús, Divino y Amado Salvador, el día de hoy rindo a Ti cada dolor físico, espiritual o emocional. No me quejaré por los inconvenientes, por las demandas sobre mi tiempo, por la invasión a mi privacidad, ni por la rudeza de quienes pongas en mi vida el día de hoy. Con Tu ayuda, aceptaré cada momento presente en Amor Santo. Amén.
“Esta es la forma de vivir todos los días, dando la gloria a Dios cuando te levantas. Reza esta oración con todo tu corazón.”
“Esta es la amorosa y dulce rendición de toda tu vida, empezando en el momento presente. Esta pequeña oración es la consagración a la abnegación. Rézala con amor.”  (San Martín de Porres, 31 de Noviembre del 2006)

CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN EUCARÍSTICO

Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús, Víctima Eterna, verdaderamente presente en los sagrarios del mundo, a Ti consagro todo mi ser, cuerpo y alma, pongo en Tu Corazón, brasa ardiente de Amor Divino, cada una de mis angustias y peticiones. Tómame y úsame de acuerdo a lo que necesites para promover el Glorioso Reino de Tu Corazón Eucarístico en la tierra.
“Consagren su día a Mi Corazón Eucarístico... siempre comiencen su día de esta manera. Derramo en abundancia Mi Amor Divino cuando la rezan.”  (Jesús, 1º de Marzo del 2001)
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CONSAGRACIÓN A LA LLAMA DEL AMOR SANTO

Inmaculado Corazón de María, humildemente te pido que lleves mi corazón a la Llama del Amor Santo, que es el refugio espiritual de toda la humanidad. No veas mis faltas ni mis fallas, más bien permite que estas iniquidades sean quemadas por esta Llama purificadora.
A través del Amor Santo, ayúdame a ser santificado en el momento presente, y al hacerlo, darte a Ti, querida Madre, cada uno de mis pensamientos, palabras y obras. Tómame y úsame de acuerdo a lo que te sea agradable. Permíteme ser Tu instrumento en el mundo, todo para la mayor gloria de Dios hacia Tu victorioso Reino. Amén.
“Las almas que se consagran así, me entregan todas sus faltas, sus pecados, tanto del pasado como del futuro, sus virtudes, aquellas que tienen y que tendrán, sus dolores, sus alegrías y sus miedos.  Yo reinaré en sus corazones triunfando sobre sus pecados dominantes.  Tomaré dominio sobre los bienes interiores y exteriores.  Sólo les pido su eterna fidelidad para vivir en Amor Santo y para extender el Mensaje de Amor Santo.  Al hacerlo, ellas serán Mis instrumentos para llevar almas a la Nueva Jerusalén.”
“Las almas que deseen hacer esta consagración, deben preparar sus corazones por tres días.  Cada día deseo que hagan alguna obra de misericordia corporal.  Cada día deben evangelizar, al menos a una persona, con el Mensaje de Amor Santo.  Cada día deben recibir con reverencia a Mi Hijo en la Eucaristía (si son católicos).  Estos tres días de luz servirán como armadura contra los tres días de oscuridad que están por venir.  Este es el amor misericordioso de Dios que le estoy dando a la humanidad a través tuyo.” ( La Santísima Virgen, 16 de abril de 1995)

CONSAGRACIÓN DIARIA AL AMOR SANTO

Padre Celestial, consagro mi corazón en este momento presente al Amor Santo. Mantenme atento a esto a lo largo del día para que todos mis pensamientos y acciones procedan del Amor Santo. Cubro esta petición con la Preciosísima Sangre de Jesús, Tu Hijo, y la protejo con las Lágrimas de Su Madre Dolorosa. Amén.
“Hermana, hoy en día hay muchas distracciones en tu vida. Jesús desea que consagres tu día al Amor Santo. Me envía para que te repita esta oración.”   (Santo Tomás de Aquino, 21 de Enero del 2002)

CONSAGRACIÓN AL AMOR DIVINO

Mi Jesús, el mismo Amor Divino, me consagro completamente a Ti. En y por medio de esta consagración uno mi alma al Amor Divino, comprendiendo que al hacerlo seré un mártir de amor. Elijo buscar únicamente complacerte en el momento presente, Jesús. Así pues, te entrego mi salud, mi apariencia e incluso lo que me conforta. Por esta entrega suplico que el Amor Divino pueda alcanzar la victoria en cada corazón. Cubierto por esta consagración a Tu Amor Divino, dulce Jesús, recibe mi “sí” a Tu Divina Voluntad en cada momento y en cada respiro.
No busco nada que Tú no quieras que busque. No amo persona, lugar o cosa alguna más allá de Tu Voluntad para mí. Abrazo cada cruz que permites para mí y aprecio cada gracia que me das. Amén.
ORACIÓN DE AYUDA PARA VIVIR LA CONSAGRACIÓN AL AMOR DIVINO
Padre Celestial, Señor Jesucristo y Espíritu Santo de Dios, vengo delante de Ti al haber consagrado mi cuerpo y mi alma al Amor Divino. Pido Tu ayuda para vivir esta consagración en cada momento presente. Ayúdame a entregarme a cada cruz, y a reconocer y corresponder a cada preciosa gracia que das en mi vida. A través de mi consagración al Amor Divino, suplico Tu ayuda para aniquilar mi propia voluntad y así vivir en Tu Divina Voluntad. Amén.
“Recita diariamente esta oración junto con la consagración al Amor Divino, y recibirás un ángel a tu lado para ayudarte en la fidelidad a la consagración.”
Para todos aquellos que se rendirán al Amor Divino a través de una verdadera consagración, Jesús promete estos beneficios espirituales:
*Su Ayuda para entrar profundamente al Amor Divino: Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
*Su Ayuda para un conocimiento más profundo de la Santidad de Dios y Su Divina Voluntad en el momento presente.
*Las cruces en sus vidas serán más meritorias, ya que podrán entregarse más completamente a ellas. Así como el Corazón Victorioso de Jesús está abrazado por una corona de espinas, así estarán sus propios corazones abrazados, trayéndole pecadores.
*Cada pena en esta vida será dulce y ligera por Su gracia.
*Sus vidas serán signos de Amor Divino en el mundo.
*Aquellos que vivan en el Amor Divino y en la Voluntad de Dios, tendrán paz en esta vida y la promesa de la salvación en su muerte. Es entonces cuando la Madre de Jesús vendrá por ellos con Sus ángeles.
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CONSAGRACIÓN A LOS CORAZONES UNIDOS

Dignísimos Corazones Unidos de Jesús y María, deseo consagrarme este día a Ustedes. Les rindo todo lo que poseo, tanto interior como exteriormente. Permitan que mi vida sea un continuo himno de alabanza a Sus Santísimos Corazones Unidos. Lleven a lo profundo de Sus Corazones, las victorias y las derrotas de este momento. Úsenlas como sea necesario para lograr la victoria de Su Reino Triunfante. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA CRUZ

Jesús mío, yo me consagro este día a Tu Santa Cruz. Así como tomaste sobre Ti mismo la gran Cruz por toda la humanidad, así yo prometo abrazar las cruces en mi vida. Cada cosa que yo sufra te la ofrezco a Ti, mi Dulce Jesús, como expiación de mis pecados y los del mundo entero. Comenzaré y terminaré cada día a los pies de Tu Cruz, junto con nuestra Madre Santísima y San Juan, nuestro hermano. Mi único placer será consolarte, mi Dulce Salvador. Amén.
“Cada vez que se reúnan, conságrense a la Cruz (Oración de la ‘Consagración a la Cruz’). De esta manera llegarán a amar la Cruz como Mi Hijo desea.”   (Nuestra Señora, 17 de Diciembre de 1993)

CONSAGRACIÓN DEL MOMENTO PRESENTE

Querido Padre Celestial, rindo este momento presente a Tu Santa Voluntad. Elijo ser purificado a través de los Corazones de Jesús y María. Me rindo a cada cruz y gracia que Tú elijas para mí. Confío en Tu Divina Providencia. Soy, en este momento presente, Tu siervo del Amor Santo. Amén.
"Atesora siempre el momento presente, ángel Mío.  Ríndelo al Amor Santo.  Yo deseo que todos Mis hijos comprendan, hoy y siempre, el tesoro seguro del momento presente.  Es aquí, dentro del momento presente, donde todos elegirán a favor o en contra del bien.  La salvación está en el momento presente, al igual que su santificación.  Estoy aquí para darles una oración especial –LA CONSAGRACIÓN DEL MOMENTO PRESENTE– a fin de que Mi gente deje de desperdiciar el presente y se rinda en el presente al Amor Santo.”  (Nuestra Señora, 5 de Septiembre de 1995)

CONSAGRACIÓN A LA DIVINA VOLUNTAD

Padre Celestial, deseo que pongas el Sello de Tu Divina Voluntad sobre mi corazón. De esta manera, aceptaré Tu Voluntad en todas las situaciones y en cada momento presente. Aceptaré todas las cosas de Tu Mano para el bien de mi salvación y la salvación de los demás. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LAS FALTAS AL AMOR DIVINO

Querido Jesús, el Amor Divino Encarnado, en este momento presente te pido que aceptes la rendición de todas mis faltas. Consagro al Amor Divino cada falta y cada debilidad. Por medio de esta rendición, yo sé que Tú me mostrarás más claramente cuáles son mis faltas y la razón por la que caigo en ellas, y Tú me darás la fortaleza para sobreponerme a ellas. Amén.
“El día de hoy he venido para ayudarte a que te des cuenta del beneficio de consagrar todas tus faltas al Amor Divino. En este acto de consagración te darás cuenta de la raíz de tus faltas -que es el portal que Satanás utiliza para desviarte- de la naturaleza de tus fallas y de la solución para sobreponerte a cada falla. Este es el paso que cada alma debe tomar para que el Amor Divino sea victorioso en su corazón.”   (Santo Tomás de Aquino, 31 de Agosto del 2005)

CONSAGRACIÓN A LA VERDAD

Tus palabras, Señor, son Luz y Verdad. Tu Provisión, Tu Misericordia y Tu Amor llegan a mí revestidos de la verdad. Ayúdame siempre a vivir en Tu Verdad.
Asísteme para reconocer el engaño de Satanás en mis propios pensamientos y en los pensamientos, palabras y acciones de los demás. No permitas que la humildad se me escape, ya que yo sé que la humildad es la verdad misma. Amén.

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Adorabilísimo Sagrado Corazón de Jesús, mira nuestra pobreza con la bondad de Tu misericordia. Hazte presente, Oh amoroso Corazón de Jesús, cuando caigamos en el pecado, cuando recemos, cuando estemos trabajando y cuando estemos divirtiéndonos. Acércanos a Tu graciosísimo Corazón.
Oh fuente de salvación, nunca permitas que perdamos de vista nuestro objetivo: alcanzar el Cielo. Ayúdanos cuando Satanás extienda su desaliento. Abre nuestros ojos a sus múltiples trampas. Sé nuestro guía hacia la preciosa Llaga de Tu Corazón para que podamos tomar de su fuente de vida. Consérvanos siempre atentos a Tu infinita Misericordia y a Tu eterno Amor por toda la humanidad. Enséñanos a amar como Tú amas, Dulce Corazón de Jesús. Abre nuestro pobre corazón al amor. Permítenos atesorar siempre Tu Sacratísimo Corazón. Amén.

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Querida y Santísima Virgen María, Protectora de Nuestra Fe y Madre de todo Bien, ven a nosotros con Tu amor maternal. Abre Tu Purísimo e Inmaculado Corazón y permite que el néctar de la gracia que hay dentro de Él se derrame sobre nosotros. Llena nuestras almas con este dulce néctar.
Ayúdanos a consagrar nuestra vida a Tu servicio. Acércanos a Tu Amadísimo Hijo. Muéstranos el camino de salvación y lleva nuestro corazón a la santidad. Permite que cada una de nuestras metas esté en armonía con Tu Inmaculado Corazón. Toca nuestros corazones, querida Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO

Santos y Sagrados Corazones Unidos de Jesús y María, en este día, en el momento presente, consagramos a Ustedes nuestro matrimonio.  A través de esta consagración, ofreceremos nuestros corazones a Su victoria.  Estando unidos a Ustedes buscamos Su protección y providencia.  Que en cada respiro aumente nuestro amor a Ustedes y entre nosotros.  Cubran nuestros corazones con la Divina Voluntad del Padre Eterno.   Ayúdennos para que en y a través de Sus Corazones Unidos crezcamos en santidad.  Amén.
Les estoy dando esta consagración del matrimonio a Nuestros Corazones Unidos a causa de estos tiempos.  Estos últimos días antes de Mi regreso triunfante se ve a Satanás atacando todas las vocaciones, pero en particular al sacerdocio y al matrimonio.  Los matrimonios consagrados a Nuestros Corazones Unidos encontrarán que el camino se hace más fácil.  Recen esta oración diariamente pidiendo Nuestra protección y provisión.”
“Propaguen esta consagración. Lleva consigo muchas gracias. Fortalecerá el alma de los matrimonios decaídos. Aumentará el fervor en los corazones. Convertirá a los no convertidos que consientan rezarla.” (Jesús, 2 de Noviembre de 1996)

CONSAGRACIÓN DEL SACERDOTE AL CORAZÓN EUCARÍSTICO 

“Jesús mío, Bondad Divina, acepta mi corazón como instrumento Tuyo en el mundo por medio del Amor Santo, el cual es el Inmaculado Corazón de María.  Consagro mi vocación en este momento presente a Tu Corazón Eucarístico.  Dedicaré mi vida a llevar la Santa Eucaristía a quienes yo soy guiado por medio Tuyo.”
“Deseo la unión y fidelidad a la Voluntad del Padre Eterno a través de la consagración a Tu Corazón Eucarístico.  Amén.”
“Ya que muchos sacerdotes vienen aquí, tanto Ortodoxos como del Rito Romano, deseo dirigirme ahora a ellos."
“Mis hermanos y hermanas, en este momento presente deseo que vuelvan a consagrar su vida y su vocación.  Conságrense a Mi Corazón Eucarístico por medio del Inmaculado Corazón de Mi Madre.  Luego, por medio del Corazón Eucarístico de su Señor y Salvador, conságrense a la Divina Voluntad del Padre Eterno.  Por medio de esta renovación de compromiso, ustedes vivirán en el Amor Divino.”  (Jesús, 31 de mayo del 2005)

CONSAGRACIÓN DIARIA DE LAS FAMILIAS A LOS CORAZONES UNIDOS DE JESÚS Y MARÍA

Sagrados Corazones Unidos de Jesús y María, Ustedes son uno al desear la salvación, santidad y santificación de cada alma. Consagramos a Ustedes nuestra familia buscando Su Victoria en nuestros corazones y en el mundo. Reconocemos la perfección de Su misericordia en el pasado, la abundancia de Su providencia en el futuro y la suprema soberanía de la Divina Voluntad del Padre en el momento presente. Deseamos ser parte de Su reinado triunfante que comienza en este momento presente con nuestro “sí” al Amor Santo y Divino. Con la ayuda de Su gracia queremos vivir esta consagración en cada momento futuro. Así estaremos unidos en Su triunfo, queridos Corazones Unidos de Jesús y María. Amén.
Jesús dice: “Hay muchas gracias que son desconocidas para el mundo y que estoy dispuesto a dar a cada alma. Estas gracias nunca las piden ni las solicitan y, por lo tanto, no florecen en el mundo. Pero hoy les estoy dando una consagración a Nuestros Corazones Unidos específicamente para las familias. Este ofrecimiento de la familia hacia la victoria de Nuestros Corazones Unidos no es solamente para algunos, sino para toda la gente, todas las naciones. Muchas y particulares gracias serán otorgadas a las familias que se consagren de esta manera.”
“Los miembros de las familias que rehúsen participar de esta consagración quedarán fuera del círculo de gracia que rodea a los miembros de las familias consagradas, pero serán extendidas muchas gracias para su conversión que de otra manera no tendrían. Cuando hablo de la familia, me refiero a los que son de la misma sangre o que son un matrimonio.”
“Les he prometido, Mis hermanos y hermanas, estar con ustedes hasta el fin de los tiempos, tal como lo saben ustedes ahora.”
“Mi gracia los rodeará y los sostendrá a través de esta consagración, igual en los tiempos buenos o malos. Cada dificultad les ganará méritos a través de su rendición al Amor Divino. Su familia estará unida si responden a la gracia que Yo les ofrezco. Y ustedes, Mis hermanos y hermanas, compartirán la victoria de Nuestros Corazones Unidos en la tierra y en el Cielo cuando respondan a estas gracias.”

CONSAGRACIÓN DE LOS NIÑOS A LOS DOS CORAZONES

Queridos Corazones Unidos de Jesús y María, Yo los amo mucho. Quiero darles este momento presente y todos los momentos futuros de mi vida. Los quiero siempre complacer. Les entrego mi corazón hoy y siempre, y ruego para que Ustedes lo unan a Sus Corazones Unidos. Queridos Jesús y María, pongan en mi corazón el deseo de ayudar a los pecadores a volver a Ustedes. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LOS PAÍSES (para los líderes)

Yo, ________, como líder de esta nación de ________, deseo consagrar este país a la Divina Voluntad de Dios, que es el Amor y la Misericordia misma.
Me doy cuenta de que el futuro de esta nación depende de la Divina Misericordia y del Amor Divino. Decido evitar ofender la Voluntad de Dios en cualquier forma al apoyar legislaciones que sean contrarias a Su Amor y Misericordia, o al tomar alguna medida diplomática que transgreda los derechos humanos. Rindo el futuro a la Voluntad de Dios y a Su Provisión. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LOS PAÍSES A LOS CORAZONES UNIDOS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN UNIÓN CON EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Padre Celestial, en este momento presente, el cual Tú has creado y deseado, yo, _______________ (nombre), por este medio consagro el corazón de este país, ______________(nombre), a los Corazones Unidos de la Santísima Trinidad en unión con el Inmaculado Corazón de María.
“El mensaje que se dio en la Fiesta de los Dolores proviene del Corazón preocupado de tu Padre. Se da como una última alternativa para la Justicia Divina ante la cantidad de pecado y error en todo el mundo. Si todas las naciones escucharan, si los líderes de la Iglesia en todo el mundo se adhirieran a Mis deseos, el corazón del mundo se volvería blanco de inocencia nuevamente. A los líderes del mundo les serían mostradas sus equivocaciones y serían convencidos de sus errores. Incluso te doy, Oh hombre, la clemencia de que esta consagración no requiere ser coordinada en un margen de tiempo específico. Más bien, cuando escuchen Mi voz a través de este mensaje, cumplan Mi petición. Esta es Mi Divina Voluntad. Yo le hablo a todas las iglesias, a todos los gobiernos, a todos los clérigos. Defiendan así la rectitud:” (Después, Dios Padre da la siguiente oración de consagración a los líderes de la Iglesia.)  (Dios Padre, 18 de Septiembre del 2007)

CONSAGRACIÓN A LA SANTA VERDAD

Querido Jesús, le suplico al Corazón de Tu Padre Eterno que lave mi pobre corazón con el agua purificadora de Su Divina Voluntad.  Muéstrame cualquier cosa dentro de mi corazón que se oponga a la Santa Verdad, y ayúdame a desecharla para siempre.
Comprendo que toda verdad está basada en el Amor Santo.  Sólo por medio del amor y la humildad puedo vivir en la Santa Verdad.  A través de esta Verdad, en la cual yo espero morar ahora, ayúdame a aceptar cualquier iluminación de conciencia que Tú elijas enviarme.  Amén.
“… aquí está una consagración a la verdad que se puede rezar diariamente:”
“Por favor, créeme cuando te digo que ésta es una oración importante para estos tiempos.  Religiones enteras, sectas y gobiernos están llevando a la gente por mal camino con las mentiras de Satanás.”
“Por lo tanto, no escatimes esfuerzos en dar a conocer esta oración y este mensaje.”  (Jesús, 20 de Enero del 2009)

CONSAGRACIÓN DEL CORAZÓN DEL MUNDO A LOS CORAZONES UNIDOS

Muy Compasivos Corazones Unidos de la Santísima Trinidad y del Inmaculado Corazón de María, acepten ésta, mi oración, en nombre del corazón del mundo.  Despierten el corazón del mundo a la verdad de la diferencia entre el bien y el mal.
Inspiren a todas las almas para que consagren sus corazones y sus vidas a los Corazones Unidos, fortaleciendo así el corazón del mundo con esta decisión.
Les ruego, queridos Corazones Unidos, que derramen la gracia de Su inspiración en el corazón del mundo, fortaleciéndolo en la verdad y en el Amor Santo.  Con esta inspiración celestial, atraigan al corazón del mundo a la unión con la Voluntad de Dios.  Amén.
“Este es Mi regalo del Día de las Madres al mundo:  la Consagración del Corazón del Mundo a los Corazones Unidos."  (La Santísima Virgen, 10 de Mayo del 2012)

CONSAGRACIÓN AL DESOLADO CORAZÓN DE JESÚS

Querido Jesús, deseo con todo mi corazón sosegar Tu Desolado Corazón.  Tú ves las almas que caen en la perdición en cada momento presente a causa de negociar la verdad y del abuso de autoridad.
Acepta, en expiación por las espinas y la herida de Tu Desolado Corazón, las cruces grandes y pequeñas que sufro todos los días.  Te ruego que corrijas las conciencias para que vivan en la verdad y ejerzan rectamente cualquier posición de autoridad.  Amén.
“Ustedes saben que Mi Corazón siente una profunda tristeza por la pérdida de almas a causa del abuso del poder y autoridad y por negociar la verdad.  Ahora quiero darles una consagración a Mi Desolado Corazón que servirá para reparar y hacer expiación a Mi Corazón si se reza con sinceridad.”   Jesús, 26 de Julio del 2013
"Hoy he venido para darle al mundo estas promesas que cumpliré a cualquier persona devota a Mi Desolado Corazón.”
1. “Los devotos a Mi Desolado Corazón recibirán el valor para defender la verdad, sin importar la oposición.”
2. “Los devotos a Mi Desolado Corazón, si son perseguidos por el abuso de autoridad, recibirán la gracia de perseverar en la rectitud.”
3. “A los devotos a Mi Desolado Corazón se les concederán favores extraordinarios por medio de la intercesión del Inmaculado Corazón de Mi Madre, pues Ella está muy agradecida con los que buscan consolar a Su Hijo.”
        (El 4 de agosto del 2013, la Santísima Virgen dijo:  “Alabado sea Jesús.”
“Inmaculado Corazón de María, mira mi devoción al Desoladísimo Corazón de Tu Hijo, concédeme este favor:  ____________________.”
“Cuando tengan una necesidad, recen esta oración.”)
“La devoción a Mi Desolado Corazón puede ser rezando la oración a Mi Desolado Corazón, la Consagración a Mi Desolado Corazón o rezando durante el día la simple jaculatoria de: 'Desolado Corazón de Jesús, ten misericordia de mí'."    Jesús, 1º de Agosto del 2013

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cari Filli


La conversión de Paul McLoughlin en el santuario irlandés
Exalcohólico, budista y homosexual, recitaba mantras y pensó: «Visitaré el santuario de Knock»

Espadas, lanzas, garrotes y látigos contra el Enemigo
La Virgen, arma en mano: una imagen no tan rara, con el demonio como víctima... pero no siempre



 Virgen de la Caridad en la Cuba comunista: «Nadie, ni el ateo más radical hablará mal de ella»
 El indio Coromoto no se quería bautizar, pero la Virgen le perseguía: la patrona de Venezuela
VÍDEOS
 Universidad Santa María en Ciudad Santa María, Tierra de María
 La Llena de Gracia en la Biblia
 A María: «Nada sin ti, nada sin mí»
 Un edificio, convertido en graffiti de la Virgen

SATANAS EL MALIGNO.


by pajares95
7 de Octubre de 1975

SATANAS, EL MALIGNO

Hijo mío, cuando Yo entro en un alma vibra la fe, arde el amor y la esperanza es viva.
Pero cuando en un alma está adormecida la Vida divina, entonces hay quien es corroído por la envidia, los celos y el odio y con malas artes busca y encuentra el modo de arrojar agua sobre el fuego del amor.
Si el amor se puede comparar con un brasero ardiente, tú sabes el efecto que produce el agua arrojada sobre él: apaga el fuego, atenúa el calor, levanta una columna de denso vapor, y no deja más que carbones negros.
Esto le sucede en el alma ardiente de amor cuando está bajo la acción de Satanás, si no se sabe salvaguardar de la pérfida acción de él.
Del amor y del fuego que le arde en el corazón, del calor y de la luz no queda ya nada. Una nube de humo envuelve al alma, carbones negros, porque negra se ha vuelto el alma bajo la acción del pecado.
Hoy, hijo son pocas las almas que tienen conciencia de las peligrosas astucias y artes del Maligno porque en él ya nadie cree y de él (excepción hecha de pocos), nadie se preocupa de defenderse. Así el Maligno puede cosechar numerosas víctimas incluso entre mis sacerdotes.
La ignorancia de quien no cree, las lagunas de la fe, la falta de entrenamiento en la lucha, la inexperiencia y el abandono total de los medios de defensa, señala a favor del enemigo numerosísimas victorias.
¡Pobres almas inexpertas y no solo de simples fieles sino también de muchos ministros míos! Estos por el carácter impreso en sus almas, por la potencia con la cual han sido dotados, por la autoridad que los reviste, deberían conducir las tropas de militantes a espléndidas y fulgurantes victorias contra Satanás y sus tenebrosas legiones diabólicas.
¿Qué hacer para defenderse?
Creer en la existencia del Enemigo. Si muchos militantes y con ellos no pocos sacerdotes no creen en él no pueden combatirlo.
Conocer la potencia y la fuerza del Enemigo y conocer también la propia fuerza y la propia potencia.
Conocer sus métodos de lucha, sus astucias sus seducciones. Al mismo tiempo ser conscientes de los propios medios de lucha y querer usarlos.
Es claro que si uno ignora la emboscada que el enemigo le ha tendido, no puede guardarse de ella, no puede defenderse. Al contrario si uno tiene conocimiento de ello, prudentemente toma sus precauciones y no solo se prepara a la defensa, sino se predispone a atacar.
El más grande enemigo
Hoy, hijo, la casi totalidad de los cristianos ignora a su más grande enemigo: Satanás y sus diabólicas legiones.
Ignoran al que quiere su ruina eterna: ignoran la inmensidad del mal que Satanás les hace; en cuya comparación, las más grandes y graves desventuras humanas son una nada.
Ignoran que se trata de la única cosa importante en la vida: la salvación de la propia alma.
Ante a esta trágica situación está la indiferencia, a veces la incredulidad de muchos sacerdotes míos. Está la inconsciencia de muchos otros que no se cuidan de su principal deber que es el de instruir a los fieles, de ponerlos al corriente del peligro de esta tremenda lucha que se combate desde los albores de la humanidad.
No se preocupan de educar a los fieles en el uso eficaz de los medios de defensa, numerosos y a disposición en Mi Iglesia. Tienen vergüenza hasta de solo hablar de ello, temen ser considerados como retrógradas; como ves se trata de verdadero y propio respeto humano.
Pero tú sabes, hijo mío, que si en el ejército un oficial deserta de su puesto de responsabilidad es marcado con el título de traidor y la justicia humana lo persigue.
¿Qué decir entonces de lo que está ocurriendo en Mi Iglesia? ¿No es quizá la más trágica y terrible traición tendida a las almas, el dejarlas a expensas del Enemigo que quiere su perdición?
Mi Vicario en la tierra, Pablo VI, no hace mucho tiempo ha dicho que en la Iglesia se están verificando hechos y acontecimientos que no se pueden humanamente explicar, sino con la intervención del Demonio.
Hijo, te he hablado de sombras que apagan el esplendor de Mi Iglesia: todo esto es más que una sombra.
Si hoy el Enemigo está más arrogante que nunca y domina sobre las personas, sobre las familias, sobre los pueblos, y sobre los gobiernos, en todas partes, ¡es natural! Tiene el campo libre y casi sin oposición.
Cierto que para combatir a Satanás se necesita querer ser santos; para vencerlo eficazmente se necesitan penitencias, mortificaciones, oraciones. Pero ¿no es todo esto mi precepto para todos y en particular para mis consagrados?
¿Porqué no se hacen los exorcismos privadamente? Para esto no se necesitan particulares autorizaciones.
¡No, muchos sacerdotes míos no conocen su propia identidad! No saben quiénes son, no saben con qué potencia tan formidable han sido dotados. De esta ignorancia son culpables y responsables.
Son exactamente igual que los oficiales de un ejército que desertan de sus puestos de responsabilidad, haciéndose culpables del caos que de ahí se sigue.
Se necesita decirlo a los Sacerdotes
Qué motivo de rubor y de vergüenza el saber que buenos laicos, dotados de exquisita sensibilidad de fe y de ardiente amor por las almas, sobrepasan con mucho la indiferencia de muchos de mis ministros los cuales no tienen tiempo para estas cosas.
No lo consideran importante; para otras cosas sí que encuentran el tiempo.
No hay tiempo para defender la propia alma y las almas de quienes un día deberán responder delante de Dios al que nada escapa, delante de Dios que pedirá cuenta aún de una palabra ociosa. Serán esas mismas almas traicionadas las que severamente acusarán por el bien no realizado, por las derrotas que sufrieron, por el mal que realizaron debido a que, quien debía guiarlas en el camino de la salvación las abandonó en manos del enemigo.
Reafirmo con insistencia la activa presencia de los Demonios en la Iglesia, en las comunidades religiosas, en los Conventos y en las rectorías, en la sociedad, en los gobiernos y en los partidos, en los pueblos.
Donde hay modo de disminuir la fe, de perder una inocencia, de cometer un delito, de perpetuar una injusticia, de predisponer a una disputa, de crear divisiones, de suscitar violencias o guerras civiles y revoluciones, Satanás está presente.
El frente de acción de Satanás y sus secuaces es tan amplio como amplia es la tierra.
La resistencia que bien conducida podría ser eficacísima, es mínima y totalmente desproporcionada en relación con las fuerzas del Enemigo.
No se impute a Dios la responsabilidad de una situación verdaderamente trágica cuyos responsables sois solamente vosotros.
Estas tremendas realidades envuelven a todos: el reino de las Tinieblas oscurece hoy al Reino de la Luz
Salvar el alma
El reino de la mentira parece prevalecer sobre el reino de la verdad y de la justicia; pero será ya por poco tiempo. Proveerá la divina Justicia a limpiar a la tierra, a la humanidad contagiada e infestada por el Maligno.
Se ocupará mi Madre Santísima en aplastar de nuevo la cabeza de Satanás; pero no creáis que El con sus legiones, con los innumerables aliados encontrados en el mundo, renuncie a su reino sin reacciones y convulsiones tremendas.
Todo esto os lo digo con el fin de que os convirtáis, os preparéis y consigáis predisponer vuestro ánimo a la oración y a la penitencia.
Las cosas de la tierra pasan; no pasan mis Palabras. Una sola cosa es importante: salvar el alma.
Te Bendigo hijo mío y contigo bendigo a las personas por las que oras.
(“Confidencias de Jesús a un Sacerdote” – Mons. Ottavio Michelini)

miércoles, 9 de septiembre de 2015

ORACIONES DE SANTA BRIGIDA.



by pajares95

 

Las Quince Oraciones reveladas por Nuestro Señor a Santa Brígida de Suecia
en la Iglesia de San Pablo, en Roma

Editadas bajo sanción del decreto del 15 de noviembre de 1966, publicado en la Acta Apostolicae Sedis, tomo 58, número 16, del 29 diciembre de 1966.
Por mucho tiempo, Santa Brígida había deseado saber cuántos latigazos había recibido Nuestro Señor en Su Pasión. Cierto día se le apareció Jesucristo, diciéndole: “Recibí en Mi Cuerpo cinco mil, cuatrocientos ochenta latigazos; son 5.480 azotes (recordemos que fueron sesenta los verdugos quienes lo azotaron, quienes se iban relevando, Pilato había prometido dejarlo libre después del castigo y los judíos sobornaron a los verdugos para que resultara muerto, pero Jesús no moría y seguían azotándolo y azotándolo, por ello se explica la cantidad de azotes que recibió y se podrán dar cuenta en las condiciones deplorables en que llevó la Cruz). Si queréis honrarlos en verdad, con alguna veneración, decid 15 veces el Padre Nuestro; también 15 veces el Ave María, con las siguientes oraciones, durante un año completo. Al terminar el año, habréis venerado cada una de Mis Llagas”. (Nuestro Señor mismo le dictó las oraciones a la santa.)
Nota: Posteriormente se le agregó el Gloria (a la Santísima Trinidad)
LAS PROMESAS
El Crucificado prometió a Santa Brígida los siguientes privilegios, con la condición de que ella fuera fiel a la diaria recitación del Oficio Divino. Y se garantizaban también a todo aquel que diga las oraciones devotamente cada día por el espacio de un año, las siguientes promesas:
1.- Cualquiera que recite estas oraciones, obtendrá el grado máximo de perfección.
2.- Quince días antes de su muerte, tendrá un conocimiento perfecto de todos sus pecados y una contrición profunda de ellos.
3.- Quince días antes de su muerte le daré mi precioso cuerpo a fin de que escape del hambre eterna; le daré a beber de mi preciosa sangre para que no permanezca sediento eternamente.
4.- Libraré del purgatorio a 15 miembros de su familia (algunas pueden ser del pasado, otras del presente y también del futuro)
5.- Quince miembros de su familia serán confirmados y preservados en gracia. (lo mismo)
6.- Quince miembros de su familia se convertirán. (lo mismo)
7.- Cualquiera que haya vivido en estado de pecado mortal por 30 años, pero si recita o tiene la intención de recitar estas oraciones devotamente, Yo, el Señor le perdonaré todos sus pecados. (Esos porfiados que no quieren confesarse, después van casi corriendo al sacramento del perdón de los pecados ante un sacerdote).

8.- Si ha vivido haciendo su propia voluntad durante toda su vida y está por morir (sin que la persona tenga el conocimiento que está por morir próximamente), prolongaré su existencia para que se confiese bien 
(confesión de vida)
9.- Obtendrá todo lo que pida a Dios y a la Santísima Virgen.
10.- En cualquier parte donde esté diciendo las oraciones, o donde se digan, Dios estará presente con su gracia.
11.- Todo aquel que enseñe estas oraciones a los demás, ganará incalculables méritos y su gloria será mayor en el Cielo.
12.- Por cada vez que se reciten estas oraciones, se ganarán 100 días de indulgencia.
13.- Será liberado de la muerte eterna. (no se condenará)
14.- Goza de la promesa de que será contado entre los bienaventurados del cielo.
15.- Lo defenderé contra las tentaciones del mal.
16.- Preservaré y guardaré sus cinco sentidos.
17.- Lo preservaré de una muerte repentina.
18.- Yo colocaré mi cruz victoriosa ante él para que venza a sus enemigos.(Satanás y sus huestes)
19.- Antes de su muerte vendré con mi amada Madre, la Santísima Virgen Inmaculada.
20.- Lo recibiré muy complacido y lo conduciré a los gozos eternos. Y habiéndolo llevado allí, le daré de beber de la fuente de mi divinidad ; cosa que no haré con los que no hayan recitado Mis oraciones.
21.- Se le asegura que será colocado junto al Supremo Coro de los Santo Ángeles.

ORACIONES aprobadas por El Papa Pío IX

Magníficas promesas transmitidas a Santa Brígida de Suecia Tocante a las Revelaciones de Santa Brígida, el Papa Benedicto XV se expresó de la siguiente manera:
"La aprobación de estas revelaciones implica nada más que esto: Después de un examen lento y detenido, se permite publicar estas revelaciones para el bien espiritual de todos los fieles. Y, aunque no se les atribuye el mismo grado de fe, igual a que se les rinde a las verdades de la religión bajo pena; sin embargo, se les permite creer con fe humana. Es decir, conforme a las reglas de prudencia, por las cuales son probables. Por tanto, estando ya adecuadamente afirmadas y apoyadas por suficientes motivos, pueden ser piadosamente creídas."
(Les Petits Bollandistes, Tome XII)
El día 14 de junio de 1303 nació Santa Brígida. En ese momento, el Cura de Rasbo, llamado Benito, oraba por un feliz parto de la señora Ingeborde. Súbitamente, se encontró el cura envuelto en una nube luminosa y de la cual se la apareció la Santísima Virgen, diciéndole:
"Una niña ha nacido en Birger y se oirá su voz por todo el mundo." Sagli, die XXlV Aprilis, 1903. Imprimatur "
F. J. GIRARD, V. G.
Estas oraciones fueron copiadas de un libro impreso en Tolosa (Francia) en el año 1740. Fueron publicadas por el Padre Adrien Parvilliers, de la Compañía de Jesús. El Padre Adrien era jesuita, misionario apostólico, en la Tierra Santa. Este sacerdote obtuvo la aprobación, el permiso y la recomendación que se requerían para difundir estas oraciones.
El papa Pio IX declaró conocimiento de estas oraciones con el acto de presentar el Prólogo. De esta manera, el Sumo Pontífice admitió la autenticidad de estas plegarias para el bien de las almas; y firmó la aprobación el día 31 de mayo de 1862.
Los que visitan a la Iglesia de San Pablo en Roma todavía pueden contemplar el Crucifijo Milagroso, colocado arriba del Sagrario, se encuentra en la Capilla del Santísimo Sacramento. Este Crucifijo Milagroso fue esculpido por Pierre Cavallini. Es el mismo crucifijo ante el cual estuvo arrodillada Santa Brígida cuando recibió estas 15 Oraciones del mismo Nuestro Señor. Además, en esa misma Iglesia de San Pablo hay una inscripción conmemorando este evento, en latín: "Pendentis, Pendente Dei verba accepit aure accipit et verbum corde Bigitta Deum. Anno Jubilei MCCCL."
Por mucho tiempo, Santa Brígida había deseado saber cuántos latigazos había recibido Nuestro Señor en Su Pasión. Cierto día se le apareció Jesucristo, diciéndole: "Recibí en Mi Cuerpo cinco mil, cuatrocientos ochenta latigazos; son 5.480 azotes. Si queréis honrarlos en verdad, con alguna veneración, decid 15 veces el Padre Nuestro; también 15 veces el Ave María, con las siguientes oraciones, durante un año completo. Al terminar el año, habréis venerado cada una de Mis Llagas." (Nuestro Señor mismo le dictó las oraciones a la santa.)
Éstas son las oraciones que debemos decir todos los días durante un año seguido, sin interrumpirlas, y obtendremos fabulosas gracias.

Primera Oración (Padre Nuestro - Ave María)

¡Oh Jesucristo! ¡Sois la eterna dulzura de todos los que Os aman; la alegría que sobrepasa todo gozo y deseo; la salvación y esperanza de todos los pecadores! Habéis manifestado no tener mayor deseo que el de permanecer en medio de los hombres, en la tierra. Los amáis hasta el punto de asumir la naturaleza humana, en la plenitud de los tiempos, por amor a ellos. Acordaos de todos los sufrimientos que habéis soportado desde el instante de Vuestra Sagrada Pasión; así como fue decretado y ordenado desde toda la eternidad, según el plan divino.
Acordaos, Oh Señor, que durante la última cena con Vuestros discípulos les habéis lavado los pies; y después, les disteis Vuestro Sacratísimo Cuerpo, y Vuestra Sangre Preciosísima. Luego, confortándolos con dulzura, les anunciasteis Vuestra próxima Pasión.
Acordaos de la tristeza y amargura que habéis experimentado en Vuestra alma, como Vos mismo lo afirmasteis, diciendo: "Mi alma está triste hasta la muerte." "
Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habéis soportado, en Vuestro Sagrado Cuerpo, antes del suplicio de la crucifixión. Después de haber orado tres veces, todo bañado de sudor sangriento, fuisteis traicionado por Vuestro discípulo, Judas; apresado por los habitantes de una nación que habíais escogido y enaltecido. Fuisteis acusado por falsos testigos e injustamente juzgado por tres jueces; todo lo cual sucedió en la flor de Vuestra madurez, y en la solemne estación pascual.
Acordaos que fuisteis despojado de Vuestra propia vestidura, y revestido con manto de irrisión. Os cubrieron los Ojos y la Cara infligiendo bofetadas. Después, coronándoos de espinas, pusieron en Vuestras manos una caña. Finalmente, fuisteis atado a la columna, desgarrado con azotes, y agobiado de oprobios y ultrajes.
En memoria de todas estas penas y dolores que habéis soportado antes de Vuestra Pasión en la Cruz, concededme antes de morir, una contrición verdadera, una confesión sincera y completa, adecuada satisfacción; y la remisión de todos mis pecados. Amén.

Segunda Oración (Padre Nuestro - Ave María)

¡Oh Jesús! la verdadera libertad de los ángeles, y paraíso de delicias! Acordaos del horror y la tristeza que fuisteis oprimido, cuando Vuestros enemigos como leones furiosos, Os rodearon con miles de injurias: salivazos, bofetadas, laceraciones, arañazos y otros suplicios inauditos. Os atormentaron a su antojo. En consideración de estos tormentos y a las palabras injuriosas, Os suplico, ¡Oh mi Salvador, y Redentor! que me libréis de todos mis enemigos visibles e invisibles y que, bajo Vuestra protección, hagáis que yo alcance la perfección de la salvación eterna. Amén.

Tercera Oración (Padre Nuestro - Ave María)

¡Oh Jesús! Creador del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar! Vos abarcáis todo; todo es sostenido bajo Vuestra amorosa potestad. Acordaos del dolor muy amargo que sufristeis cuando los judíos, con gruesos clavos cuadrados, golpe a golpe, clavaron Vuestras Sagradas Manos y Pies a la Cruz. Y no viéndoos en un estado suficientemente lamentable para satisfacer su furor, agrandaron Vuestras Llagas, agregando dolor sobre dolor. Con indescriptible crueldad, extendieron Vuestro Cuerpo en la Cruz. Y con jalones y estirones violentos, en toda dirección, dislocaron Vuestros Huesos.
Oh Jesús, en memoria de este santo dolor que habéis soportado con tanto amor en la Cruz, Os suplico concederme la gracia de temeros y amaros. Amén.

Cuarta Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Médico Celestial, elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las Vuestras! Acordaos de las contusiones y los desfallecimientos que habéis sufrido en todos Vuestros Miembros; y que fueron distendidos a tal grado, que no ha habido dolor semejante al Vuestro. Desde la cima de la cabeza hasta la planta de los pies, ninguna parte de Vuestro Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando todos Vuestros sufrimientos, no dejasteis de pedir por Vuestros enemigos, a Vuestro Padre Celestial, diciéndole: "Padre, perdónalos no saben lo que hacen."
Por esta inmensa misericordia, y en memoria de estos sufrimientos, Os hago esta súplica: conceded que el recuerdo de Vuestra muy amarga Pasión, nos alcance una perfecta contrición, y la remisión de todos nuestros pecados. Amén.

Quinta Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Espejo de Resplandor Eterno! Acordaos de la tristeza aguda que habéis sentido al contemplar con anticipación, las almas que habían de condenarse. A la luz de Vuestra Divinidad, habéis vislumbrado la predestinación de aquellos que se salvarían, mediante los méritos de Vuestra Sagrada Pasión. Simultáneamente habéis contemplado tristemente la inmensa multitud de réprobos que serían condenados por sus pecados; y Os habéis quejado amargamente de esos desesperados, perdidos y desgraciados pecadores.
Por este abismo de la compasión y piedad, y principalmente por la bondad que demostrasteis hacia el buen ladrón, diciéndole: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso.", hago esta súplica, Dulce Jesús. Os pido que a la hora de mi muerte tengáis misericordia de mí. Amén.

Sexta Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Rey infinitamente amado y deseado! Acordaos del dolor que habéis sufrido, cuando, desnudo y como un criminal común y corriente, fuisteis clavado y elevado en la Cruz. También, fuisteis abandonado de todos Vuestros parientes y amigos con la excepción de Vuestra muy amada Madre. En Vuestra agonía, Ella permaneció fiel junto a Vos; luego, la encomendasteis a Vuestro fiel discípulo, Juan, diciendo a María: "¡Mujer, he aquí a tu hijo!" Y a Juan: "¡He aquí a tu Madre!"
Os suplico, Oh mi Salvador, por la espada de dolor que entonces traspasó el alma de Vuestra Santísima Madre, que tengáis compasión de mí. Y en todas mis aflicciones y tribulaciones, tanto corporales como espirituales, ten piedad de mí. Asistidme en todas mis pruebas, y especialmente en la hora de mi muerte. Amén.

Séptima Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, inagotable Fuente de compasión, ten compasión de mí! En un profundo gesto de amor, habéis exclamado en la Cruz: "¡Tengo sed!" Era sed por la salvación del género humano. ¡Oh mi Salvador! Os ruego que inflaméis nuestros corazones con el deseo de dirigirnos hacia la perfección, en todas nuestras obras. Extinguid en nosotros la concupiscencia carnal y el ardor de los apetitos mundanos. Amén.

Octava Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Dulzura de los corazones y Deleite del espíritu! Por el vinagre y la hiel amarga que habéis probado en la Cruz, por amor a nosotros, oíd nuestros ruegos. Concedednos la gracia de recibir dignamente Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima durante nuestra vida, y también a la hora de la muerte para servir de remedio y consuelo a nuestras almas. Amén.

Novena Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Virtud Real y Gozo de alma! Acordaos del dolor que habéis sentido, sumergido en un océano de amargura, al acercarse la muerte. Insultado y ultrajado por los judíos, clamasteis en alta voz que habíais sido abandonado por Vuestro Padre Celestial, diciéndole: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Por esta angustia, Os suplico, Oh mi Salvador, que no me abandonéis en los terrores y dolores de mi muerte. Amén.

Décima Oración (Padre Nuestro - Ave María)

¡Oh Jesús, Principio y Fin de todas las cosas, Sois la Vida y la Virtud plena! Acordaos que por causa nuestra fuisteis sumergido en un abismo de penas, sufriendo dolor desde la planta de los Pies hasta la cima de la Cabeza. En consideración a la enormidad de Vuestras Llagas, enseñadme a guardar, por puro amor a Vos, todos Vuestros Mandamientos; cuyo camino de Vuestra Ley Divina es amplio y agradable para aquellos que Os aman. Amén.

Undécima Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús! ¡Abismo muy profundo de Misericordia! En memoria de las Llagas que penetraron hasta la médula de Vuestros Huesos y Entrañas, para atraerme hacia Vos, presento esta súplica. Yo, miserable pecador, profundamente sumergido en mis ofensas, pido que me apartéis del pecado. Ocultadme de Vuestro Rostro tan justamente irritado contra mí. Escondedme en los huecos de Vuestras Llagas hasta que Vuestra cólera y justísima indignación hayan cesado. Amén.

Duodécima Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad, y Vínculo de la Caridad! Acordaos de la multitud de Llagas con que fuisteis herido, desde la Cabeza hasta los Pies. Esas Llagas fueron laceradas y enrojecidas, Oh dulce Jesús, por la efusión de Vuestra adorable Sangre. ¡Oh, qué dolor tan grande y repleto habéis sufrido por amor a nosotros, en Vuestra Carne virginal! ¡Dulcísimo Jesús! ¿Qué hubo de hacer por nosotros que no habéis hecho? Nada falta. ¡Todo lo habéis cumplido! ¡Oh amable y adorable Jesús! Por el fiel recuerdo de Vuestra Pasión, que el Fruto meritorio de Vuestros sufrimientos sea renovado en mi alma. Y que en mi corazón, Vuestro Amor aumente cada día hasta que llegue a contemplaros en la eternidad. ¡Oh Amabilísimo Jesús! Vos sois el Tesoro de toda alegría y dicha verdadera, que Os pido concederme en el Cielo. Amén.

Decimotercera Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, fuerte León, Rey inmortal e invencible! Acordaos del inmenso dolor que habéis sufrido cuando, agotadas todas Vuestras fuerzas, tanto morales como físicas, inclinasteis la Cabeza y dijisteis: "Todo está consumado."
Por esta angustia y dolor, Os suplico, Señor Jesús, que tengáis piedad de mí en la hora de mi muerte cuando mi mente estará tremendamente perturbada y mi alma sumergida en angustia. Amén.

Decimocuarta Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, único Hijo del Padre Celestial, esplendor y semejanza de Su Esencia! Acordaos de la sencilla y humilde recomendación que hicisteis de Vuestra Alma, a Vuestro Padre Eterno, diciéndole: "¡Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu!" Desgarrado Vuestro Cuerpo, destrozado Vuestro Corazón, y abiertas las Entrañas de Vuestra misericordia para redimirnos, habéis expirado. Por Vuestra Preciosa Muerte, Os suplico, Oh Rey de los santos, confortadme. Socorredme para resistir al demonio, la carne y al mundo. A fin de que, estando muerto al mundo, viva yo solamente para Vos. Y a la hora de mi muerte, recibid mi alma peregrina y desterrada que regresa a Vos. Amén.

Decimoquinta Oración (Padre Nuestro – Ave María)

¡Oh Jesús, verdadera y fecunda Vid! Acordaos de la abundante efusión de Sangre que tan generosamente habéis derramado de Vuestro Sagrado Cuerpo. Vuestra preciosa Sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar.
De Vuestro Costado perforado por un soldado, con la lanza, ha brotado Sangre y agua, hasta no quedar en Vuestro Cuerpo gota alguna. Finalmente, como un haz de mirra, elevado a lo alto de la Cruz, la muy fina y delicada Carne Vuestra fue destrozada; la Substancia de Vuestro Cuerpo fue marchitada; y disecada la médula de Vuestros Huesos.
Por esta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra preciosa Sangre, Os suplico, Oh dulcísimo Jesús, que recibáis mi alma, cuando yo esté sufriendo en la agonía de mi muerte. Amén.

Conclusión

¡Oh Dulce Jesús! Herid mi corazón a fin de que mis lágrimas de amor y penitencia me sirvan de pan, día y noche. Convertidme enteramente, Oh mi Señor, a Vos. Haced que mi corazón sea Vuestra Habitación perpetua. Y que mi conversación sea agradable. Que el fin de mi vida Os sea de tal suerte loable, que después de mi muerte pueda merecer Vuestro Paraíso; y alabaros para siempre en el Cielo con todos Vuestros santos. Amén.