Mensaje del 2 de Noviembre de 2012
“Queridos hijos, como Madre os pido que perseveréis como mis apóstoles. Oro a mi Hijo para que os conceda sabiduría y fuerza divinas. Oro para que, según la verdad de Dios, enjuiciéis todo lo que os rodea, y os opongáis firmemente a todo aquello que desea alejaros de mi Hijo. Oro para que por mi Hijo testimoniéis el amor del Padre Celestial. Hijos míos, se os ha concedido la gran gracia de ser testimonios del amor de Dios. No toméis a la ligera esa responsabilidad confiada a vosotros. No aflijáis mi Corazón materno. Como Madre deseo confiar en mis hijos, en mis apóstoles. Por medio del ayuno y de la oración, abridme el camino para que pida a mi Hijo que esté cerca de vosotros, y para que, por medio de vosotros, sea santificado Su Nombre. Orad por los pastores, porque nada de todo esto sería posible sin ellos. ¡Os doy las gracias!”
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