Una aparición profética en su contenido, y plena de advertencias sobre los males que se derramarían sobre el mundo. Una de las anécdotas más notables que he descubierto sobre la aparición de la Virgen en La Salette, ha sido su relación con el Santo Cura de Ars. Su primera actitud fue la de apoyar la difusión de lo que ocurrió a los jóvenes Melanie y Maximin. Sin embargo, el Cura de Ars tuvo la oportunidad de entrevistar personalmente a Maximin, y no quedó satisfecho de la actitud del joven. Quizás esperaba a una persona especial, que fuera digna de recibir a la Madre de Dios. Sin embargo Maximin se presentó a él como un joven normal, lleno de miedos e inseguridades.
El Cura de Ars ingresó entonces en una etapa de incredulidad sobre lo que ocurrió en La Salette, aunque su corazón no estaba tranquilo, algo estaba mal. Luego de varios años pudo encontrar la paz en su corazón cuando de La Salette se trataba: Dios se encargó de demostrarle que la aparición había sido verdadera. Por supuesto, los años cimentaron esta nueva advocación, con el apoyo del Obispo del Lugar y de las conversiones que se produjeron alrededor de esta nueva aparición de María.
Les recomendamos leer sobre esta hermosa aparición de la Virgen en Francia, tierra bendecida por la Mano de Dios.
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