Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios

Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!

¡Jesús es amor sin límites!



¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!

¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024


MªEsperanza Román


¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.


¡Te basta mi gracia!

Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!



¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

sábado, 5 de octubre de 2024





TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE PETICIÓN. Desde antiguo, y hasta la última reforma litúrgica, la Iglesia celebraba las «Cuatro Témporas», correspondientes a las cuatro estaciones del año, en tres días sucesivos. En la actualidad, las Témporas se celebran al menos el día 5 de octubre, y es aconsejable celebrarlas también en otros dos días de la misma semana. Son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, de quien procede todo bien, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por el trabajo humano, dando gracias a Dios públicamente. Cuando las Témporas se celebras en tres días, el primero se centra en la acción de gracias, el segundo es un día penitencial, y el tercero se consagra a la petición por la actividad humana.- Oración: Señor Dios, Padre lleno de amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que en ella encontraran descanso y bienestar, y, con el mismo amor, nos das a nosotros fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro progreso y nuestro sustento, al darte gracias por todas tus maravillas, te pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SANTA ANA SCHÄFFER. Nació en Mindelstetten (Baviera, Alemania) el año 1882, en el seno de una familia humilde. De muy joven quiso ser religiosa y misionera en tierras lejanas. Para reunir la dote necesaria para ingresar en el convento, se puso a trabajar como empleada doméstica en sucesivas familias. A los 19 años, en su trabajo, se abrasó en una caldera de agua hirviendo con lejía: se le quemaron las piernas hasta las rodillas, quedó inválida para siempre y tuvo que guardar cama muchos años. A sus múltiples y fuertes padecimientos se añadió la falta de recursos. Al principio se rebeló contra su destino, pero enseguida comprendió que su situación fue una llamada amorosa del Crucificado para que le siguiera. Fortificada por la comunión diaria se convirtió en una intercesora infatigable en la oración, y un espejo del amor de Dios para las muchas personas que la visitaban o le escribían en busca de consejo. Ella se ofreció al Señor y se dedicó a la oración por la Iglesia y sus sacerdotes. Murió en su pueblo natal el 5-X-1925. Canonizada el 21-X-2012.

SANTA FAUSTINA KOWALSKA. Nació en Glogowiec (Polonia) el año 1905, de familia campesina, numerosa, pobre y religiosa. A los dieciséis años se fue a trabajar como sirvienta de familias acomodadas. En 1925 entró en la congregación de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia. Vivió en distintas casas del instituto, desempeñando las funciones de cocinera, jardinera y portera. Su vida, en apariencia monótona, ocultaba una extraordinaria profundidad de unión con Dios. En 1931 se le apareció el Señor pidiéndole que hiciera pintar su imagen tal como lo veía en ese momento: con túnica blanca, una mano elevada en gesto de bendición y la otra señalando su corazón, desde donde parten dos rayos de luz, azul y rojo; Jesús le explicó: el rayo azul representa el agua, que purifica las almas; y el rojo, la sangre, que es la vida de las almas. El Señor le concedió gracias extraordinarias: visiones, estigmas, etc., que iban unidas a grandes sufrimientos. Jesús le encomendó la misión de difundir la devoción a la Divina Misericordia. Murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938. Juan Pablo II la canonizó el año 2000.

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