
FERIA PRIVILEGIADA DE ADVIENTO. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. No se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño. Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular. Como es sabido, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de las casas, sin duda por influencia del «nacimiento» celebrado en Greccio por san Francisco de Asís, el año 1223. La preparación de los mismos, en la cual participan especialmente los niños, se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús (Directorio sobre la piedad popular, 97 y 104).- Oración: Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SAN PEDRO CANISIO, doctor de la Iglesia. Nació el año 1521 en Nimega (Holanda). Estudió en Lovaina y Colonia. En esta ciudad frecuentaba el monasterio de los cartujos, pero la lectura de los Ejercicios de san Ignacio y el practicarlos con el beato Pedro Fabra lo decidieron a entrar en la Compañía de Jesús en 1543. Fue ordenado de sacerdote el año 1546. Publicó las obras de varios Santos Padres. Participó activamente en el Concilio de Trento como teólogo. San Ignacio lo llamó a Roma y luego lo envió a Mesina y a Bolonia. Destinado a Alemania, desarrolló durante treinta años una valiente labor de defensa de la fe católica con sus escritos y predicación, contra las entonces recientes doctrinas protestantes. Su intensa y fructífera labor le valió el título de apóstol de Alemania. Publicó numerosas obras, entre las cuales destaca su Catecismo. Fue provincial de Alemania, consejero de príncipes y papas, estuvo presente en los principales acontecimientos de la Iglesia de su tiempo. Murió en Friburgo de Suiza el 21 de diciembre de 1597.- Oración Señor, Dios nuestro, que fortaleciste a san Pedro Canisio con la virtud y la ciencia para salvaguardar la unidad de la fe, concede a la comunidad de creyentes perseverar en la confesión de tu nombre, y a todos los que buscan la verdad el gozo de encontrarte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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