Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios

Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!

¡Jesús es amor sin límites!



¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!

¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024


MªEsperanza Román


¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.


¡Te basta mi gracia!

Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!



¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

domingo, 21 de junio de 2020

Consagración a los sagrados corazones


 

"Es muy apropiado en estos tiempos, buscar una mayor profundización y conciencia de la íntima relación que existe entre los Dos Corazones y el valor que tiene para nuestros días, una auténtica devoción y consagración a los Corazones de Jesús y María.”   -(SS Juan Pablo II, 23 de noviembre de 1987)


Oh Sagrado Corazón de Jesús, has amado a la humanidad hasta el extremo, sin escatimar en nada por salvarnos y darnos tu amor, tu vida, tu gracia y tu verdad. Has amado a la humanidad hasta el punto de dejarte traspasar y así convertirte en la fuente abierta de donde manan, abundantemente, las gracias de salvación y de conversión. Tu Corazón traspasado es la fuente abierta de donde fluyen, con fuerza y poder, la Sangre y el Agua que purifican, transforman, vivifican y liberan nuestros corazones. Es tu Corazón traspasado la puerta abierta y estrecha por la que debemos entrar para participar de la vida del Reino de los Cielos. Es en la escuela de tu Corazón traspasado que aprendemos las virtudes de la humildad y la mansedumbre; la obediencia y la abnegación. Es en tu Corazón que encontramos la plenitud del amor y de la paz.

A tu Corazón, Oh Jesús, deseamos consagrarnos hoy. A través de esta consagración, queremos adentrarnos en tu Corazón para que, guardados dentro de él, seamos protegidos de los enemigos de nuestras almas. Protégenos de todo error y confusión, de toda frialdad, egoísmo e indiferencia. Que dentro de tu Corazón adquiramos las virtudes que más necesitamos; la luz para dirigir nuestros pasos y la fortaleza para ser fieles a todos tus designios. Que tu Corazón, Jesús, sea nuestro único tesoro y herencia. Que las gracias de misericordia, conversión y paz que fluyen de tu Corazón lleguen a cada uno de nosotros, transformándonos y dándonos un nuevo corazón semejante al tuyo. Que movidos por el amor de tu Corazón nos convirtamos en canales de gracia para un mundo tan necesitado de amor, de verdad y de luz. Que, consagrados a tu Corazón, edifiquemos en el mundo entero: la civilización del amor.

Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total consagración y dedicación a Su Corazón. En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a amar, sin divisiones, al Corazón de Jesús; a obedecerle con diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar activa y responsablemente en los designios de Su Corazón.

Deseamos consagrarnos totalmente a tu Corazón Inmaculado y Doloroso que es el camino perfecto y seguro de llegar al Corazón de Jesús. Tu Corazón, es también refugio seguro de gracia y santidad, donde nos vamos liberando y sanando de todas nuestras oscuridades y miserias. Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Virgen Santísima, sin reservas y en total disponibilidad de amor a la voluntad de Dios, que se nos manifestará a través de tu mediación maternal. En virtud de esta consagración, Oh Inmaculado Corazón, te pedimos que nos guardes y protejas de todo peligro espiritual y físico. Qué nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu como arde tu Corazón. Qué unidos a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo para el mundo, y ungidos por el poder del Espíritu Santo, seamos instrumentos para dar a un mundo tan árido y frío, el amor, la alegría y la paz del Corazón de Jesús.

¡Oh Corazones de Jesús y de María, esperanza de la humanidad! Esperanza porque en su perfecta comunión de amor por Dios y los hombres, se han entregado a la obra de la salvación del mundo. A través de esta consagración deseamos participar, desde nuestra pequeñez, en los designios de misericordia que los Dos Corazones están manifestando en la humanidad. Deseamos ofrecer nuestras vidas en amor y reparación a sus Corazones. Deseamos con todo nuestro ser promover y establecer en todos los corazones, el Reinado de amor de los Corazones de Jesús y María. ¡Amén!
 


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