Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios

Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!

¡Jesús es amor sin límites!



¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!

¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024


MªEsperanza Román


¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.


¡Te basta mi gracia!

Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!



¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

lunes, 27 de mayo de 2024



 Libro I Un alma en Cristo

26 de julio de 1988 (I)

Le pedí al Señor una Oración para poder consagrarme a la Virgen diariamente. Ésta es la Oración que me ha dado:

𝕆ℝ𝔸ℂ𝕀Óℕ 𝔻𝔼 ℂ𝕆ℕ𝕊𝔸𝔾ℝ𝔸ℂ𝕀Óℕ
𝔸 𝕃𝔸 𝕊𝔸ℕ𝕋Í𝕊𝕀𝕄𝔸 𝕍𝕀ℝ𝔾𝔼ℕ 𝕄𝔸ℝÍ𝔸


En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Me consagro a María, Madre de Dios y Madre nuestra, y le entrego hoy, ahora, y para siempre todo mi ser. La bendigo como Madre de Cristo, mi Santa Madre, con la confianza que en Ella deposito de ir de su mano a la Santísima Trinidad. ¡Oh Virgen Santísima!, en tus manos estoy segura de que mi alma no se perderá. Mi confianza, mi amor y veneración son para Tí. ¡Madre, aquí tienes a tu hija! Llévame hacia la eternidad cogida de tus santas manos. Amén.

La Virgen me dice:

Hija mía, esta entrega que a diario harás te hace más digna de mi divino Hijo e hija más amada mía. Te familiarizará más con la Familia divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
No temas. Cogida de mis manos pasarás a las de mi Hijo, y de ellas al Padre, del cual son todas las cosas y al que hay que dar gloria por siempre.
La mayor dignidad que el hombre alcanza en el mundo es la de llamarse «𝗵𝗶𝗷𝗼 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀».
La mayor herencia que éste puede tener es «𝗹𝗮 𝗩𝗶𝗱𝗮 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮».
La mayor ventura es la luz del Altísimo.
El mayor gozo y alegría, ver la gloria de Dios.

Todo esto, hija mía, se consigue con el conocimiento de tu nada y la entrega total en manos de mi divino Hijo, y en mis manos. Ya te llevaré, como Madre amorosa y solícita –cogida fuertemente de mi dulce mano– a la presencia de mi Hijo, que tanto te ama.
𝗛𝗮𝘇 𝗱𝗶𝗮𝗿𝗶𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗮 𝗖𝗼𝗻𝘀𝗮𝗴𝗿𝗮𝗰𝗶ó𝗻. Me gustará oírla y saber que te entregas con amor de hija amada que respeta a su Madre y todo lo espera de Ella. Con la confianza de la que sabe que, como Madre, estoy a su lado guiándola, amándola, conduciéndola por el camino hacia la eternidad. Hija mía, esta Consagración la puedes dar a las mujeres que vienen a tu casa a rezar el Santo Rosario. Divúlgala.
𝗬𝗼, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗼𝘆 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗹𝗼𝘀 𝗵𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗿 V𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗶𝗻𝗼 𝗛𝗶𝗷𝗼 𝘆 𝗱𝗲𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲, 𝗹𝗲𝘀 𝗮𝗰𝗼𝗴𝗲𝗿é 𝗰𝗼𝗻 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼.

𝑮𝒓𝒖𝒑𝒐 𝑴𝒂𝒓í𝒂 𝑨𝒖𝒙𝒊𝒍𝒊𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 (1988) 𝑼𝒏 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒆𝒏 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒐. 𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 𝑰

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