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LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ. Para la Iglesia es una fiesta del Señor, en la que celebramos el misterio de la cruz, la obra realizada por Cristo en ella. La imagen predominante es la de Jesús elevado en la cruz, que marca profundamente la vida y espiritualidad de los cristianos. Según la tradición, hoy es el aniversario del hallazgo de la santa Cruz (14 de septiembre del 320, por Santa Elena, madre del emperador Constantino) y de la dedicación de la basílica constantiniana levantada en el mismo lugar de la crucifixión del Señor. Cada año se celebraban en Jerusalén solemnes ceremonias que culminaban con la elevación del sagrado leño para que lo contemplase y adorase la multitud de fieles que se congregaba. En mayo del 614, Cosroas, rey de los persas, saqueó Jerusalén y se llevó la cruz a su país. Pero el emperador Heraclio derrotó a los persas, recuperó la cruz y la entregó solemnemente al patriarca de Jerusalén el 3 de mayo del 630. Esta recuperación llenó de entusiasmo a la Iglesia y particularmente a los latinos, que no tardaron en celebrar la fiesta de la santa Cruz en esta última fecha.- Oración: Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio, alcanzar en el cielo los premios de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SAN ALBERTO DE JERUSALÉN (o de Vercelli). Nació de familia noble en Castel Gualtieri (Parma, Italia) el año 1149. De joven ingresó en el convento de los Canónigos Regulares de Mortara (Pavía), del que fue elegido prior en 1180. Fue elegido obispo de Bobbio en 1184, y trasladado al año siguiente a Vercelli, diócesis que gobernó veinte años. El Papa le encomendó misiones delicadas y fue mediador de paz entre ciudades. En 1205 los Canónigos Regulares del Santo Sepulcro lo eligieron Patriarca de Jerusalén e Inocencio III lo nombró legado suyo en Tierra Santa. Se estableció en Ptolemaida (San Juan de Acre) porque Jerusalén estaba ocupada por los sarracenos. Desarrolló una gran labor pacificadora entre los cristianos, y entre éstos y los no cristianos. Durante su patriarcado reunió a los ermitaños del Monte Carmelo y en 1209 les dio una Regla con la que tuvo origen de la Orden del Carmen, que lo venera como su legislador. El 14 de septiembre de 1214, durante la procesión de la Santa Cruz, el Maestre del Hospital del Espíritu Santo, a quien había reprochado su mala conducta, lo asesinó.

SAN JUAN CRISÓSTOMO, obispo y doctor de la Iglesia. [Murió el 14 de septiembre y su fiesta se celebra el 13 de mismo mes]. Nació en Antioquía hacia el año 349, hijo de un funcionario imperial. Después de recibir una excelente formación clásica, se dedicó a la vida ascética y monástica. Más tarde, en el 386, fue ordenado de sacerdote y ejerció, con gran provecho, el ministerio de la predicación. El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla, cargo en el que se comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a cabo una profunda reforma de las costumbres del clero y de los fieles. La oposición de la corte imperial, cuyos excesos denunciaba, y de los envidiosos lo llevó por dos veces al destierro. Agotado por tantas penalidades, murió deportado en Comana del Ponto (Turquía), el 14 de septiembre del año 407. Contribuyó en gran manera, por su palabra y sus escritos, al enriquecimiento y explicación de la doctrina católica, hasta el punto de merecer el sobrenombre de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».- Oración: Oh Dios, fortaleza de los que esperan en ti, que has hecho brillar en la Iglesia a san Juan Crisóstomo por su admirable elocuencia y su capacidad de sacrificio, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos llene de fuerza el ejemplo de su valerosa paciencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SANTOS CORNELIO Y CIPRIANO. [El 14 de septiembre se dio sepultura al primero y sufrió martirio el segundo; su memoria se celebra el 16 del mismo mes]. Cornelio fue elegido papa, por su humildad y su bondad, en marzo del año 251, al cesar la persecución del emperador Decio y después de un largo periodo de sede vacante. Adoptó una actitud indulgente en la praxis penitencial para acoger a los que habían apostatado en la persecución, y así, con gran espíritu de caridad, recuperó a la plena comunión con la Iglesia a muchos cristianos caídos en la apostasía. Se opuso al rigorista Novaciano quien provocó un cisma, pero con la ayuda sobre todo de Cipriano pudo imponer su autoridad. Fue desterrado por el emperador Galo, y murió en Civitavecchia, puerto de Roma, en septiembre del año 253. Su cuerpo, trasladado a Roma, fue sepultado en el cementerio de Calixto. Cipriano nació en Cartago hacia el año 210, de familia pagana. Convertido a la fe y ordenado de sacerdote, fue elegido obispo de su ciudad el año 249. En tiempos muy difíciles gobernó sabiamente su Iglesia con sus obras y sus escritos. En la persecución de Valeriano, primero sufrió el destierro y después, tras su vuelta a Cartago, fue decapitado el 14 de septiembre del año 258. Fue importante por sus escritos, pero sobre todo como pastor, cuya influencia se dejó sentir no sólo en el norte de África sino también en las Iglesias de España.- Oración: Oh Dios, que has puesto al frente de tu pueblo como abnegados pastores y mártires intrépidos a los santos Cipriano y Cornelio, concédenos, por su intercesión, fortaleza de ánimo y de fe para trabajar con empeño por la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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