Hora de arrepentirse

 No peques más. Arrepiéntete de tus pecados, confiésate y Jesús entrará en tu vida porque tú le has abierto las puertas de tu corazón.

MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA REINA DE LA PAZ

 DEL 25 DE MARZO DE 2022 EN MEDJUGORJE

"¡Queridos hijos! Escucho su clamor y sus oraciones por la paz. Durante años, Satanás ha estado luchando en favor de la guerra. Por eso Dios me ha enviado entre ustedes: para conducirlos por el camino de la santidad, porque la humanidad se encuentra en una encrucijada. Los invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos, para que estén bien en la tierra y para que salgan de esta crisis en la que han entrado por no escuchar a Dios que los ama y quiere salvarlos, y llevarlos a una vida nueva. Gracias por haber respondido mi llamada."

 Jesús te ama enormemente. Él te ha creado y quiere que seas feliz para siempre. Quiere que tu alma disfrute eternamente después de esta vida. Búscale y déjate abrazar por Él. 

 Vuelve tu rostro al Sagrado Corazón de Jesús. Él te salvará de todos tus pecados. 

Da la mano a María su madre y nuestra madre. Ella te llevará a Jesús. 

Reza el Rosario.

Mensaje anual del 18 de marzo de 2022 a Mirjana

 Mensaje anual del 18 de marzo de 2022 a Mirjana

La vidente Mirjana Dragicevic – Soldo tuvo apariciones diarias desde el 24 de junio de 1981 hasta el 25 de diciembre de 1982. El último día de la aparición, después de confiarle el décimo secreto, la Virgen le dijo que durante toda su vida tendría una aparición una vez al año, el 18 de marzo. Así ha sucedido durante todos estos años y también este año. La aparición comenzó a las 13:34 y duró hasta las 13:40.

“¡Queridos hijos! Con amor maternal os invito a mirar a mi Hijo llenos de fuerza, fe y confianza. Abridle vuestros corazones y no tengáis miedo, porque mi Hijo es la Luz del mundo y en Él se hallan la paz y la esperanza. Por eso os invito nuevamente, nuevamente a orar por aquellos hijos míos que no han conocido el amor de mi Hijo; que mi Hijo ilumine sus corazones con Su luz de amor y esperanza, y que a vosotros, hijos míos, os fortalezca y os dé paz y esperanza. Yo estoy con vosotros. Os doy las gracias”.

Vencer al mal

 

 MENSAJE DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

A LUZ DE MARÍA
17 DE MARZO DEL 2022

Amado Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:

Como Jefe de los Ejércitos Celestiales les bendigo con la Bendición de Mi Rey y Señor Jesucristo.

LES LLAMO A LA CONVERSIÓN URGENTE, ¡YA!

A PRISA, DE “IPSO FACTO”ANTES DE QUE SEAN MÁS CONFUNDIDOS.

Como Cuerpo Místico deben obedecer y apegarse a la Sagrada Escritura.
Presten atención, no se desvíen por sendas contrarias a la Voluntad Divina.
Cumplan los Sacramentos es necesario y reconcíliense con sus hermanos.
Sean amor, paz, misericordia y reciban la Sagrada Eucaristía debidamente preparados. Ofrezcan a Nuestra Reina y Madre el Santo Rosario orado con el corazón.

ES IMPRESCINDIBLE QUE SEAN AMOR...
ANTE EL AMOR EL DEMONIO HUYE.

No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados y la misma medida que ustedes usen para los demás será usada para ustedes. (Mt. 7, 1-2)

Miro a las criaturas humanas alejarse de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y de Nuestra Reina y Madre. Les miro adherirse a las filas del mal, disponiéndose a derrumbar a sus hermanos sin piedad ni remordimiento.

La humanidad sumida en la ideología del comunismo (1), que unido a la masonería (2), mantienen en desconfianza y división al Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y a los hijos de Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos.

Pueblo de Nuestra Reina y Madre sean temerosos de caer y no levantarse más.

¡CONVERSIÓN, CONVERSIÓN DE INMEDIATO!

Cuan testarudos son al decidir continuar impartiendo el mal, cooperando con el comunismo y extendiendo su ideología, cuyo objetivo es tomar poder territorial y dominio en todo aspecto sobre los pueblos.

¡Cómo lamentarán!
¡Cuánto lamentarán, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo!

La enfermedad asoma nuevamente (3)...

El hambre (4) se extendió por la Tierra previa disposición de los poderosos de las potencias, que los llevan hacia el abismo, previo pacto con el mal, el que logrará llevar a la humanidad a sufrir como nunca antes.

Pueblo de Nuestra Reina y Madre, oren, supliquen, clamen que Nuestra Reina acoge las súplicas sinceras y de corazón.

Deben mantenerse con paz interior para que compartan la paz con sus hermanos. Esta generación se encuentra necesitada del amor que emanan los Sagrados Corazones para ablandar los corazones endurecidos de los hombres.

¡Cuán necesitados se encuentran de oración!
¡Cuán necesitados de confesar sus pecados y de un verdadero y auténtico arrepentimiento!

Dobleguen la soberbia y el pensamiento para que sean dignos de la Protección Materna, a quien la Trinidad Sacrosanta encomendó estos momentos de esta generación.

Pueblo de Nuestra Reina y Madre:

Sin separarse de la Mano bendita de quien es la Madre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y Generalísima de los Ejércitos Celestiales son y serán protegidos por Nuestra Reina, A LA QUE LA TRINIDAD SACROSANTA LE CONFIRIÓ SU INTERCESIÓN PARA BIEN DE LA HUMANIDAD Y LE ELIGIÓ PARA APLASTAR Y ENCADENAR AL DRAGÓN INFERNAL.

Lo venidero para la humanidad encuentra a la Reina y Madre de Cielos y Tierra delante de Sus hijos a quienes defiende y libra de todo mal, SI ESTOS ADORAN A SU SANTÍSIMO HIJO Y SON CUMPLIDORES DE LA VOLUNTAD DIVINA.

¡Adelante Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo con Fe firme ante el poder de Nuestra Reina y Madre, sin dudar, que al final Su Corazón Inmaculado triunfará!

Verán toda rodilla doblarse ante Nuestra Reina, a toda criatura exclamar:

“Ave María Purísima, Ave María Purísima, Ave María Purísima”.

Pueblo fiel, firmes, sin renunciar a su llamado.

Pueblo fiel firmes en la batalla contra el mal en Nombre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.

Les protegemos, les bendigo.

San Miguel Arcángel

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA

Dios te llama noche y día

 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Mateo 11, 18-30