Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios

Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!

¡Jesús es amor sin límites!



¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!

¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024


MªEsperanza Román


¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.


¡Te basta mi gracia!

Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!



¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

lunes, 24 de agosto de 2015

ORACION POR LOS SACERDOTES. SANTO CURA DE ARS.


by pajares95
San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars:
¡Oh Jesús, sacerdote eterno! Guarda a tus sacerdotes bajo la protección de tu Santo Corazón donde nadie pueda mancillarlos; guarda inmaculadas sus manos ungidas Que tocan cada día tu Sagrado Cuerpo; Guarda inmaculado sus labios diariamente teñidos con tu Preciosa Sangre; Guarda puros y despojados de todo afecto terrenal sus corazones que Tú has sellado con la sublime marca del sacerdocio. Que tu Santo amor los rodee y los preserve del contagio del mundo. Bendice sus tareas apostólicas con abundantes frutos y haz que las almas confiadas a su celo y dirección sean su alegría acá en la tierra y formen en el Cielo su hermosa e inmarcesible corona. Amén

viernes, 21 de agosto de 2015

DETRAS DEL MAL ESTA SATANAS.


by pajares95
22 de noviembre de 1975
NO HAN ENTENDIDO MUCHO
Muchos sacerdotes y hasta algunos sucesores de mis Apóstoles no han entendido mucho de la historia de la humanidad.
Los cristianos poco o nada entienden, pero son menos responsables porque nadie ha provisto a iluminarlos.
¡Pocas son las almas de mis consagrados que poseen la visión exacta de la historia del mundo!
Toda esta historia se basa en la lucha entre Satanás y Dios. Dios es combatido por Satanás y sus legiones en sus criaturas.
Satanás sabe bien que no puede enfrentarse a Dios directamente, entonces, lo combate indirectamente en el género humano.
¿Qué es, hijo mío, la historia del Misterio de la salvación, sobre la que los teólogos se exprimen el cerebro para encontrar, incluso en este campo, alguna novedad, y se afanan de todas las formas en complicar las verdades reveladas por Mí?
¿Qué han entendido de la simplicidad y profundidad de mi doctrina, es decir, de las Sagradas Escrituras, de mi Evangelio?
¿La historia de la Iglesia qué otra cosa es sino el áspero antagonismo entre el bien y el mal?
Te he dicho hijo, que la historia de la humanidad tiene dos puntos focales:
La creación del hombre con todos sus dones naturales, preternaturales y sobrenaturales. Es importante tener presente esto para entender la gravedad de la caída de los primeros padres. He aquí que Satanás finalmente ha encontrado el objeto sobre el cual desfogar su odio, su veneno, sus desenfrenadas y desesperadas pasiones:
— el hombre rico hecho pobre
— el hombre sabio hecho ignorante
— el hombre fuerte vuelto débil
— el hombre feliz vuelto infeliz
— el hombre inmortal vuelto mortal
No pudiendo Satanás enfrentarse con Dios, ahora puede ensañarse desesperadamente sobre el hombre, sobre todo el género humano.
Cuando después vino a conocer la Encarnación de Mí, Verbo Eterno de Dios, concibió su loco plan de aniquilarme a Mí y a mi Iglesia, y de hacer nulos los frutos de la Redención.
Necio y perverso plan de guerra. Guerra tejida de innumerables batallas, sirviéndose de todo y de todos los que se prestan a su acción devastadora, a servir a su desenfrenado orgullo.
El segundo punto focal de la historia humana es la Encarnación, Pasión y Muerte de Mí, Hijo de Dios hecho hombre. Es también la pasión, muerte y resurrección de Mi Cuerpo Místico, es decir, de mi Iglesia salida de mi Corazón Misericordioso.
Historia auténtica
Esta es la auténtica historia del género humano, que se desenvuelve progresivamente, y cuya última página será escrita al fin de los tiempos.
Por lo tanto, es historia en acción, que revela de manera clara la lucha sin tregua entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, entre el amor y el odio, entre la fe y el ateísmo, entre el gozo y el dolor, entre la luz y las tinieblas.
Detrás del bien, de la luz, de la verdad, del amor está Dios; al contrario, detrás del mal está Satanás.
Ahora, hijo, con infinita amargura se ve cómo por parte de mi Iglesia, por culpa de muchos de mis pastores y sacerdotes, no se ha planeado como se debiera la defensa contra las incansables e insidiosas fuerzas del Infierno, la defensa de los valores de la Redención, y cómo no han sido preparados los medios de defensa contra los asaltos del Enemigo.
Esta es responsabilidad de los pastores y de los sacerdotes que hoy se debaten como si hubieran caído en arenas movedizas. Y aún, mientras la casa arde y el derrumbe está ocurriendo, se pierden en mil actividades improductivas, porque no encuadran la visión real de la situación.
Te confirmo que la guerra en curso desembocará en la más pavorosa batalla jamás combatida hasta ahora sobre la tierra, y que no tiene comparación sino en la batalla celeste de los Ángeles rebeldes contra los Ángeles de la luz.
Quiero que absolutamente todos sepan lo que no Yo sino los hombres, aliados con Satanás están locamente realizando.
¡No Yo! No a Mí por tanto debe imputarse esta próxima lucha. Yo, Justicia y Misericordia de la maldad de otros sabré sacar una Iglesia nueva y un mundo renovado.
Sabré dar a esta Iglesia y a este mundo un largo período de paz y de justicia.
Sabré salvar de las penas del Infierno a todos aquellos que con humildad y arrepentimiento acojan a tiempo estos mensajes, testimonio de mi amor.
Te bendigo hijo mío, y contigo bendigo a todos aquellos que creerán.
(“Confidencias de Jesús a un Sacerdote” – Mons. Ottavio Michelini)

lunes, 17 de agosto de 2015

DIOS HABLA A QUIEN QUIERE


by pajares95
Dice Jesús:
«Que el don que te he dado nunca te induzca a la soberbia lle­vándote a creer sobre ti lo que no es.
Tú no eres más que un portavoz y un canal en el que fluye la onda de mi Voz, pero cómo te escojo a ti podría escoger a cualquier otra alma. El sólo hecho de escogerla la volvería capaz de ser canal y portavoz de la Voz de Cristo porque mi toque obra el milagro. Pero tú no eres nada. Nada más que una enamorada.
Mis portavoces se encuentran o entre los puros o entre los peca­dores realmente convertidos.
Mira el núcleo apostólico. ¿A quién di el Poder? A Pedro. El hom­bre que había venido a Mí en el culmen de la virilidad después de haber tenido los deslices y las pasiones de la juventud y de la edad madura, el hombre que era aún tan hombre, después de tres años de contacto conmigo, como para ser renegador y violento.
¿A quién di la revelación y la Revelación? A Juan, a la carne que no conoció mujer, y que era sacerdote incluso antes de serlo. Era puro y enamorado.
     ¿A quién permití tocarme los miembros purísimos y divinos antes y después de la resurrección? A María Magdalena y no a Marta.
     Pedro y María los convertidos. Juan el puro. Es siempre así.
     Pero a Pedro, en quien se anidaba la soberbia de sí mismo ­-"Maestro, aunque todos te traicionen, yo no te traicionaré"- no he dado cuanto he dado a Juan. Y Pedro, maduro y jefe del núcleo, tuvo que pedir a Juan -un muchacho respecto al él- que me pregunta­ra quién era el traidor. Y fue a Juan a quien revelé los últimos tiem­pos, no a Pedro, jefe de mi Iglesia.
Hablo donde quiero. Hablo a quien quiero. Hablo como quiero. Yo no conozco limitaciones.
La única limitación, que no me limita a Mí, sino que obstaculiza el llegar de mi Palabra, es la soberbia y el pecado. Por eso mi Pala­bra, que debería propagarse desde las profundidades de los Cielos sobre todo lo Creado e instruir los corazones de todos los señalados con mi signo, encuentra, en todas las categorías, tan pocos canales. El mundo, católico, cristiano, o de otra fe, está movido por dos moto­res: soberbia y pecado. ¿Cómo puede entrar mi Palabra en este me­canismo árido? Sería triturada y ofendida.
Sed como Juan o como María, y llegaréis a ser voz de la Voz. Extirpad el pecado y la soberbia. Cultivad caridad, humildad, pureza, fe, arrepentimiento. Son las plantas bajo las cuales el Maestro se sienta para instruir a sus ovejitas.
Ser mi portavoz quiere decir entrar en una austeridad como nin­guna regla monástica impone. Mi presencia impone, como ninguna otra cosa en el mundo, discreciones sobrenaturales, dominio de sí, desapego de las cosas, ardor de espíritu, aspereza de penitencia, ge­nerosidad de dolor y viveza de fe.
     Es un don. Pero que se quita si aquél a quien se le ha dado sale del espíritu y se acuerda de ser carne y sangre.
Es un sufrimiento. Pero si bien es sufrimiento que tritura la carne y la sangre, tiene en sí y consigo una vena de gran dulzura respecto a la cual el maná de los antiguos hebreos es ajenjo amargo.
       Es una gloria. Pero no es gloria de esta tierra».

jueves, 13 de agosto de 2015

En la iglesia vieron la foto de un niño maltratado y ahí comenzó todo
Los Briggs, la gran familia: 35 hijos, treinta de ellos adoptados y con necesidades especiales
El lobby gay pide tres años de cárcel para el obispo
Furibunda campaña y petición de cárcel contra un obispo que citó la Biblia sobre la homosexualidad
HEMEROTECA
Vídeos
 Planned Parenthood, 6º vídeo: tablas de órganos y precios, actuaciones sin consentimiento...
 Las campanas de más de 40 diócesis francesas repicarán en la Asunción por los cristianos perseguidos
 Obispos filipinos y 400.000 fieles piden al Papa que «no haya concesiones morales» en el Sínodo
 Jóvenes españoles e italianos evangelizan en las playas a partir de la encíclica Laudatio Si
 Un jesuita de Filadelfia anticipa que el Papa reiterará allí la doctrina tradicional cara al sínodo
 El Papa, a las famillias: «No debemos ser nunca esclavos del trabajo, sino señores»

HABRA 1290 DIAS. HABRA UN EXTERMINIO. by pajares95



23 enero 1944
Daniel, capítulo 12.º DE LOS ESCRITOS DE MARIA VALTORTA.
lOS ÚLTIMOS TIEMPOS Y EL FIN


Dice Jesús:
El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino
 y de los hijos del mismo,
será el que ha de surgir, como señal celeste, en el tiempo último
"El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino y de los hijos del mismo,será el que ha de surgir, como señal celeste, en el tiempo último. Será éste el tiempo en que Israel se habrá unido a la Roma de Cristo y ya no habrá dos ramas del pueblo de Dios: la bendita y la maldita por su deicidio, sino un tronco único, llamado de Cristo, por vivir en Mí (Daniel 12, 1-13; Mt 25, 31-46)
Entonces, por haberse ya completado el número de los salvados, acaecerá laresurrección de la carne y, cual muchedumbre que duerme y a la que un clarín despierta llamándola a concentración, los muertos yacentes en los infinitos cementerios, en los desiertos, en los mares y en dondequiera que yazga cualquiera que fuese hombre, resurgirán para comparecer ante Mí, Juez supremo.
¡Oh luz, que eres atributo mío y harás refulgir cual estrellas a quienes conocieron la Sabiduría, enseñaron la Justicia y la vivieron, cómo te derramarás gozosa en aquel día sobre mis benditos!
El último período de tres años y seis meses,
tremendo como jamás el hombre conoció,
será aquel en que Satanás, por medio de su hijo,
abrasado de un odio supremo
empleará sus perfectas y postreras astucias
para dañar, destruir y
dar muerte a Cristo en los corazones y a éstos en Cristo
El último período de tres años y seis meses, tremendo como jamás el hombre conoció, seráaquel en que Satanás, por medio de su hijo, abrasado de un odio supremo –porque hasta la escisión entre las dos ramas del pueblo de Dios habrá terminado y, con ella, la causa de tantos males materiales, morales y espirituales– empleará sus perfectas y postreras astucias para dañar, destruir y dar muerte a Cristo en los corazones y a éstos en Cristo.
Los sabios comprenderán el engaño de Satanás, los innumerables engaños de Satanás,porque quienes poseen la verdadera Sabiduría se encuentran iluminados y, por su fidelidad a la Gracia, quedarán blancos y probados como el fuego y dignos de ser elegidos para el Cielo. Los impíos irán tras del Mal y lo harán sin poder comprender el Bien, ya que por su espontánea voluntad habrán colmado de Mal su corazón.
Entonces habrá llegado el tiempo en el que,
conculcada la Ley hasta un extremo jamás alcanzado,
la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo
y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo...
Entonces habrá llegado el tiempo en el que, conculcada la Ley hasta un extremo jamásalcanzado, la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo y a los lugares santos, tal como está dicho por los profetas y repetido por Mí que no yerro.
Dice Daniel: "Habrá 1290 días (de este conculcamiento). Bienaventurado quien espere y llegue a los 1335" (Daniel 12, 11-12.).
Lo que quiere decir que en los tres años y seis meses que precederán al fin, habrá un breveperíodo al final reservado a los fieles para reunirse a escuchar la última Palabra que resonará en sus espíritus, como invitación al Cielo, mientras Miguel, con sus ángeles, vencerá a Satanás y a sus demonios. "Bienaventurado quien espera y llegue a los 1335" quiere decir: "Bienaventurado quien perseverare hasta el fin" puesto que se habrá salvado.
Y te digo a ti: "Ve hasta el término señalado (de tu tiempo de viviente en la tierra) y tendrásdescanso, y estarás en tu suerte hasta el fin de los días" (Daniel 12, 13.).
99-101
A. M. D. G.

domingo, 9 de agosto de 2015

EL PURGATORIO


by pajares95
Palabras de Jesús a María Valtorta sobre el Purgatorio:
17 de octubre de 1943
Dice Jesús:
“Quiero explicarte lo que es y en qué consiste el Purgatorio. Y te lo explico Yo de manera que chocará a muchos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son.
Las almas sumergidas en aquellas llamas sólo sufren por el amor.
Ellas no son indignas de poseer la Luz, pero tampoco son dignas de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz; son investidas por la Luz, al presentarse ante Dios. Es una breve, anticipada beatitud, que les asegura su salvación y les hace conocedoras de lo que será su eternidad y expertas de cuanto cometieron contra su alma, defraudándola de años de bienaventurada posesión de Dios. Después, sumergidas en el lugar de purgación, son investidas por las llamas expiadoras.
En esto aciertan quienes hablan del purgatorio. Pero donde se equivocan es al querer aplicar distintos nombres a esas llamas.
Éstas son incendio de amor. Purifican encendiendo de amor las almas. Dan el Amor porque, cuando el alma ha alcanzado ese amor que no alcanzó en la tierra, es liberada y se une al Amor en el Cielo.
Te parece una doctrina distinta de la conocida, ¿verdad? Pero piensa.
¿Qué es lo que Dios Uno y Trino quiere para las almas que ha creado? El Bien.
Quien quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos tiene hacia la criatura? Sentimientos de amor.
¿Cuál es el mandamiento primero y segundo, los dos más importantes, de los que he dicho que no los hay mayores y en ellos está la llave para alcanzar la vida eterna? Es el mandamiento del amor. “Ama a Dios con todas tus fuerzas, ama al prójimo como a ti mismo”.
¿Qué os he dicho infinidad de veces por mi boca, la de los profetas y los santos? Que la mayor absolución es la Caridad. La Caridad consuma las culpas y las debilidades del hombre, porque quien ama vive en Dios y viviendo en Dios peca poco, y si peca se arrepiente inmediatamente, y el perdón del Altísimo es para quien se arrepiente.
¿A qué faltaron las almas? Al Amor. Si hubieran amado mucho, habrían cometido pocos y leves pecados, unidos a vuestra debilidad e imperfección pero nunca habrían alcanzado la persistencia consciente en la culpa, ni siquiera venial. Habrían visto la forma de no afligir a su Amor y el Amor viendo su buena voluntad, les habría absuelto incluso de los pecados veniales cometidos.
¿Cómo se repara, también en la tierra una culpa? Expiándola y, cuando es posible, a través del medio con el que se ha cometido. Quien ha dañado, restituyendo cuanto quitó con prepotencia. Quien ha calumniado, retractándose de la calumnia, y así todo.
Ahora, si esto lo requiere la pobre justicia humana, ¿no lo querrá la Justicia santa de Dios? ¿Y qué medio utilizará Dios para obtener reparación? A Sí mismo, o sea al Amor, exigiendo amor.
Este Dios al que habéis ofendido, y que os ama paternalmente, y que quiere unirse con sus criaturas, os lleva a alcanzar esta unión a través de Sí mismo.
Todo gira en torno al Amor, María, excepto para los verdaderos “muertos”; los condenados. Para estos “muertos” también ha muerto el Amor. Pero para los tres reinos –el que tiene el peso de la gravedad: la Tierra; aquél en el que está abolido el peso de la materia pero no el del alma cargada por el pecado: el Purgatorio; y, en fin, aquél cuyos habitantes comparten con el Padre su naturaleza espiritual que les libera de todo peso- el motor es el Amor. Amando sobre la Tierra es como trabajáis para el Cielo. Amando en el Purgatorio es como conquistáis el Cielo que en la vida no habéis sabido merecer. Amando en el Paraíso es como gozáis el Cielo.
Lo único que hace un alma cuando está en el Purgatorio es amar, pensar, arrepentirse a la luz del Amor que esas llamas han encendido para ellas, que ya son Dios, pero que, para su castigo, le esconden a Dios.
Esto es el tormento. El alma recuerda la visión de Dios que tuvo en el juicio particular. Se lleva consigo ese recuerdo y, dado que el haber tan sólo entrevisto a Dios es un gozo que supera todo lo creado, el alma está ansiosa de volver a gustar ese gozo. Ese recuerdo de Dios y ese rayo de luz que le revistió cuando compareció ante Él, hacen que el alma “vea” la importancia que realmente tienen las faltas cometidas contra su Bien, y este “ver”, junto a la idea de que por esas faltas se ha impedido voluntariamente, durante años o siglos, la posesión del Cielo y la unión con Dios, constituye su pena purgante.
El tormento de los purgantes es el amor y la certeza de haber ofendido al Amor. Un alma, cuanto más ha faltado en la vida, tanto más está como cegada por cataratas espirituales que le hacen más difícil conocer y alcanzar ese perfecto arrepentimiento de amor que es el primer coeficiente para su purgación y entrada en el Reino de Dios. Cuanto más un alma lo ha oprimido con la culpa, tanto más pesado y tardío se hace vivir el amor. A medida que se limpia por poder del Amor, se acelera su resurrección al amor y, de consecuencia, su conquista del Amor que se completa en el momento en que, terminada la expiación y alcanzada la perfección del amor, es admitida en la Ciudad de Dios.
Hay que orar mucho para que estas almas, que sufren para alcanzar la Alegría, sean rápidas en alcanzar el amor perfecto que les absuelve y les une conmigo. Vuestras oraciones, vuestros sufragios, son nuevos aumentos de fuego de amor. Aumentan el ardor. Pero -¡oh! ¡bienaventurado tormento!- también aumentan la capacidad de amar. Aceleran el proceso de purgación. Alzan las almas sumergidas en ese fuego a grados cada vez más altos. Las llevan a los umbrales de la Luz. Abren las puertas de la Luz, en fin, e introducen el alma en el Cielo.
A cada una de estas operaciones, provocadas por vuestra caridad hacia quien os precedió en la segunda vida, corresponde la sorpresa de caridad hacia vosotros. Caridad de Dios que os agradece el que proveáis por sus hijos penantes, caridad de los penantes que os agradecen el que os afanéis por introducirles en el gozo de Dios.
Vuestros seres queridos nunca os amaron tanto como después de la muerte de la tierra, porque su amor ya está impregnado de la Luz de Dios y a esta Luz comprenden cómo les amáis y cómo deberían haberos amado.
Ya no pueden deciros palabras que invoquen perdón y den amor. Pero me las dicen a Mí para vosotros, Yo os traigo estas palabras de vuestros Difuntos que ahora os saben ver y amar como se debe. Os las traigo junto con su petición de amor y su bendición, que ya es válida desde el Purgatorio porque ya está animada por la inflamada Caridad que les quema y purifica. Perfectamente válida, además, desde el momento en que, liberados, salgan a vuestro encuentro a los umbrales de la Vida o se reúnan con vosotros en ella, si les hubierais precedido en el Reino del Amor.
Fíate de Mí, María. Yo trabajo por ti y por tus seres queridos. Conforta tu espíritu. Vengo para darte la alegría. Confía en Mí”.
21 de octubre de 1943
Dice Jesús:
“Como veis, si transgredís el decálogo transgredís el amor. Así es para los consejos que os he dado que son las flores de la planta de la Caridad. Entonces, si transgrediendo la Ley transgredís el amor, es evidente que el pecado es falta contra el amor. Y por eso debe expiarse con amor.
El amor que no habéis sabido profesarme en la tierra me lo tenéis que dar en el Purgatorio. Por eso os digo que el Purgatorio sólo es sufrimiento de amor.
Durante toda la vida habéis amado poco a Dios en su Ley. Os habéis echado a la espalda la idea de Él, habéis vivido amando a todos y amándole poco a Él. Es justo que, no habiendo merecido el Infierno y no habiendo merecido el Paraíso, os lo merezcáis ahora, encendiéndoos de caridad, ardiendo por cuanto habéis sido tibios en la tierra. Es justo que suspiréis durante miles y miles de horas de expiación de amor lo que no habéis suspirado miles y miles de veces en la tierra: por Dios, finalidad suprema de las inteligencias creadas. A cada vez que habéis vuelto la espalda al amor corresponden años y siglos de nostalgia amorosa. Años o siglos según la gravedad de vuestra culpa.
Estando ya seguros de Dios, conocedores de su suprema belleza por el fugaz encuentro del primer juicio, cuyo recuerdo tenéis con  vosotros para haceros aún más viva el ansia de amor, suspiráis por Él, lloráis su lejanía, os lamentáis y arrepentís de haber sido vosotros la causa de tal lejanía y os hacéis cada vez más permeables a ese fuego encendido de la Caridad hacia vuestro supremo bien.
Cuando, por las oraciones de los vivientes que os aman, los méritos de Cristo son lanzados como esencia de ardor en el fuego santo del Purgatorio, la incandescencia de amor os penetra más fuerte y más adentro, y entre el resplandor de las llamas, cada vez se hace más lúcido en vosotros el recuerdo de Dios visto en aquel instante.
Así como en la vida de la tierra cuando más crece el amor más sutil se hace el velo que cela al viviente la Divinidad, del mismo modo en el segundo reino cuanto más crece la purificación, y por ello el amor, más cercano y visible se hace el rostro de Dios. Ya trasluce y sonríe entre el centelleo del santo fuego. Es como un Sol que cada vez se acerca más, cuya luz y calor anulan cada vez más la luz y el calor del fuego purificante, hasta que, pasando del merecido y bendito tormento del fuego al conquistado y bienaventurado alivio de la posesión, pasáis de llama a Llama, de luz a Luz, salís para ser luz y llama en Él, Sol eterno, como chispa absorbida por una hoguera y como candelero arrojado en un incendio.
¡Oh gozo de los gozos cuando os encontréis elevados a mi Gloria, pasados de ese reino de espera al Reino de Triunfo! ¡Oh! ¡conocimiento perfecto del Perfecto Amor!
Este conocimiento, María, es misterio que la mente puede conocer por voluntad de Dios, pero que no puede describir con palabra humana. Cree que merece la pena sufrir toda una vida por poseerla desde el momento de la muerte. Cree que no hay caridad mayor que procurarla con las oraciones a quienes amaste en la tierra y que ahora comienzan su purificación en el amor, a quienes en vida tantas y tantas veces cerraron las puertas del corazón.
Ánimo, bendita a la que son desveladas las verdades escondidas. Actúa, obra y sube. Por ti misma y por quienes amas en el más allá.
Deja consumar en el Amor el estambre de tu vida. Vierte tu amor sobre el Purgatorio para abrir las puertas del Cielo a quienes amas.
Oración por los difuntos (dictada a María Valtorta):
24 de octubre de 1944.
...escribo todo lo que Jesús dicta:
"Llega el mes dedicado a los difuntos. Ruega así por ellos:
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los 'hijos de Dios', concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora. Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: 'He aquí que la paz se abre para vosotros'.
Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los 'benditos' que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo".
Serás bienaventurada si sabes amar hasta la incineración de cuento es débil y pecó. Los Serafines salen al encuentro del espíritu purificado con la inmolación de amor y le enseñan el “Sanctus” eterno para cantar al pie de mi trono”.

AQUI ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD.


by pajares95
Ene 25_01 Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad.
Mensaje.

Mensaje dado por Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
“Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”. Esta frase, hijitos Míos, es la frase que sale del corazón de todos aquellos que ya Me encontraron.
Esta frase es la frase de la reciprocidad en el Amor. Nadie que reciba y acepte Mi Amor se mantiene estático, porque el Amor es dinámico.
Esta frase es la que realiza la separación ó la unión conmigo, vuestro Dios. Aquél que no se ha dejado llenar de Mí, no puede darse a su Dios ni a sus hermanos, pero aquellos que se han olvidado de sí y Me dejan a Mi tomar el lugar privilegiado de sus vidas y en su corazón, ya han aprendido a ser verdaderos hijos Míos.
 “Aquí estoy Señor, para hacer Tú voluntad”, ha sido la frase de los antiguos y modernos profetas y de todos aquéllos hermanos vuestros a los que la Iglesia ha nombrado santos por sus méritos ejemplares. Fue, también, la frase que separó al Antiguo del Nuevo Testamento, cuando fue expresada por Mi Madre Santísima, que quien estando llena del Espíritu Santo, aceptó, con docilidad, Su Misión. Al encarnarMe en Ella, Yo mismo aceptaba Mi Misión, aunque Yo ya había aceptado la Voluntad de Mi Padre desde el momento en que se llevó a cabo el Pecado Original, donándoMe para la Salvación de todo el género humano.
Esta frase marca la división entre la soberbia con la humildad. De la total donación con el egoísmo. Entre el ver la necesidad del hermano, con el verse a sí mismo.
Gracias a ésta frase se han dado los grandes cambios en vuestra historia, marcados por Mis pequeños, quienes se han donado como instrumentos de Mi Amor. Yo no puedo actuar en un alma si antes no ha aceptado el que Yo haga Mi Voluntad en ella.
Sólo las almas valientes, las almas que tienen sus ojos puestos en Mí, en Mis necesidades, que son las vuestras, las almas que buscan su perfección en el Amor, las almas donadas, hasta si es posible, al martirio, las almas escogidas que han aceptado su misión perfectamente, son las que pueden decir, sin titubear, ésta frase. Son almas que se dan en totalidad, sin poner restricciones ni condiciones de alguna especie, simplemente se dan completamente a su Dios, porque han sabido amar y confiarperfectamente en su Dios, sabiendo que, a pesar de que en la donación puedan suceder cosas no muy agradables a su comodidad humana, saben que su Dios estará en todo momento guiándolas y cuidándolas y también saben que el premio prometido a ésas almas, será MUY grande en el Reino de los Cielos.
Hijitos Míos, cómo quisiera escuchar, no de vuestros labios, sino de vuestro corazón, ésta frase de parte de todos vosotros, si así sucediera, vuestro mundo cambiaría radicalmente, sería un mundo como nunca lo habéis imaginado, un mundo en donde vuestro Padre Dios habitaría perfectamente y proveyéndoos de Sus regalos excepcionales os satisfarían.
La muerte, el dolor, la corrupción, el pecado y todas sus consecuencias, desaparecerían, porque vuestro Dios no puede habitar y reinar en donde el mal habita. Por eso, al decir, de corazón, ésta frase, es vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad, los que inmediatamente entramos a habitar ésa alma y así su Cielo comienza desde ésta vida.
No hay alma que se haya arrepentido de haberse donado con ésta frase tan hermosa, “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”, porque Yo, vuestro Dios, también respondo a vuestra frase con Mi frase, “Si, gracias, hijito Mío y aquí estoy Yo, Tú Dios, para habitar en ti”. Desde ése momento el alma  recibe el Gran Tesoro que todas las almas anhelan desde que son creadas, el ser tomadas plenamente por su Dios. No hay nada más grande que un alma anhele, que el ser consumida por el Amor de su Creador.
Esto no lo entendéis ahora muy bien, porque tenéis un cuerpo, pero cuando vuestra alma se separe de él, lo entenderéis perfectamente, cosa que ya entendíais antes de bajar a servirMe.
El deseo del alma en el Cielo, antes de que os encarnéis para tener una misión en la Tierra, es la de hacer Mi Voluntad, pero es la carne, ya afectada por el Pecado Original, la que os hace cambiar de opinión por las múltiples tentaciones que el maligno os pone. Por ello debéis luchar afanosamente para hacer y triunfar a vuestra alma sobre el cuerpo, con sus pasiones desordenadas, para que logréis alcanzar nuevamente el grado de espiritualidad que teníais antes de bajar a la Tierra y podáis retomar la donación que prometisteis a vuestro Dios, para hacer Su Voluntad.
Por eso, el alma que ya puede decirle a su Padre, “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”, es un alma que ya ha alcanzado, nuevamente, su vida espiritual, su vida primaria, su vida de Cielo, que ya luchó contra las fuerzas del mal y sus tentaciones ytriunfó.
Esta frase, hijitos Míos, es la voz de triunfo que sale de los corazones que aprendieron a escoger la mejor parte, que aprendieron a seguir a su Dios y no al mundo; que aprendieron a base de caídas y que saben que el Único que puede devolverles su dignidad espiritual, Soy Yo, vuestro Dios.
Rogad, hijitos Míos, por vuestro crecimiento y por vuestro triunfo personal, para que podáis alcanzar la Vida que os tengo prometida, tanto para vosotros como para vuestros hermanos, para que, tan pronto escuche de vuestro corazón el “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”, Yo, inmediatamente vuele, a hacer morada en vuestro corazón.
Yo os bendigo en Nombre de Mi Santísimo Padre, en Mi Santísimo Nombre y en el Santísimo Nombre de Mi Espíritu de Amor.

viernes, 7 de agosto de 2015

EL DON DE DISCERNIMIENTO…


by pajares95
Tomado del Libro: La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús 
Dictados de Jesús a Marga
MargaLaVerdaderaDevoción

25-02-2003
Jesús:
Mira, os va a sacudir todo de improviso. Sí, va a haber guerra. Los gobernantes se embrollarán entre sí y consigo mismos, no podrán parar el desorden mundial que ellos mismos empezaron. Empezarán queriendo salvaguardar los intereses de su propia nación y hasta que al final terminen por querer salvar sólo los suyos en un abandono repentino del buque ante el desastre inminente.
Mira cómo los hombres se desesperarán, sin gobernantes, sin nadie que dirija su destino, y dirigiéndose a Dios para ¡exigirle!, ahora, protección, protección y protección propia, para sí y para sus hijos, para sus cosas y pertenencias.¡Pero a todos esos Yo les diré: ¡No os conozco!![1] Ahora venís a Mí, cuando el agua la tenéis al cuello habiendo desoído todos mis Llamamientos de Amor anteriores. ¡No os conozco! Para salvaros a ti y tus cosas,[2] Dios no se presta a trueques ni a juegos orgullosos, Dios quiere tu conversión, ¡y que te conviertas y vivas!,[3] para eso, si hace falta: ¡muere!, muere tú con tus cosas.[4]
Sí, hija, y Yo he dicho a través de mi Papa en la tierra: ¡Convertíos!, ¡rezad!, ¡rezad el Rosario!, ¡venid a Mí! Y a través de tantos y tantos arquitectos y profetas como tú. ¿Y qué caso se me ha hecho?
Ésta sola es la solución, acogedla si queréis ser salvos. Si no, pereced entre grandes dolores de espanto.
¿Comprendes mi Dolor? Acéptalo. Y dalo a conocer.
27-02-2003
Virgen:
Mira, hija, un mal de hoy: Cada uno vive la vida de los demás para no vivir la propia. Pero la propia vida y las propias obligaciones son de las que Yo les pediré cuentas, de las que se les van a pedir cuentas al final de sus días, no de la vida de sus clientes, sus hijos, sus padre, sus vecinos...,[5] cada uno responsable de su propia vida. Y mira cómo hoy, más que nunca, se eluden las propias responsabilidades sin coger las riendas de tu vida valientemente. Lo que se hace es huir cobardemente hacia otros lados en aras de la valentía, cuando sólo es muestra de cobardía, cobardía y cobardía, pereza, miedo al sufrimiento, miedo al qué dirán, evasión de una realidad que juzgan inmerecida, vida de espaldas a Dios y de ver claro cuál es Su Voluntad en tu vida, cuál es el Plan de Dios sobre ti.
Así, los padres dejan a sus hijos en manos de extraños o en manos de los abuelos, familiares, que nunca, por más que les quieran y se esfuercen, podrán darles el amor, cariño y dedicación que les niegan sus padres. Les abandonan en manos de otros o, simplemente, no los tienen, que es más fácil. No abren su vida a la vida que Dios les quiere comunicar, y luego se quejan de «muerte del amor»,[6] ¿qué amor?, ¿su propio egoísmo?, ése ha muerto ya antes de nacer a la vida. Con esas bases no hay amor que se le resista.
Los abuelos cuidan a sus nietos y se ocupan de la vida de sus hijos más allá de sus responsabilidades, sin aceptar su obligado puesto que, por ley de vida, les corresponde. Eterna juventud que no quieren dejar escapar, inexistente vida conyugal, vínculo desunido, labores que no se quieren aceptar. Y alientan a sus hijos, con su ejemplo y con sus consejos, a que vivan una vida que no la hubieran querido para sí, bajo apariencia de buscar su propio bien.[7] ¿Existe incongruencia mayor? Y reniegan de todos sus principios. ¡Oh, abuelos que sobre vosotros descansaba la conservación de la fe en España!, ¿qué habéis hecho de ella? Empujáis a los que a vosotros se ha confiado al abismo. ¡Oh, grandes patriarcas!, ¿en quién podrán basarse las generaciones venideras? ¡No habéis estado firmes y fuertes ante el timón!, lo habéis dejado zarandear bruscamente, vuestra mano no lo ha sostenido. Y así va la barca, a la deriva. Yo conservé vuestras mentes privilegiadas y lúcidas precisamente para esto, para que, llegado el momento, supierais vencer, tuvierais capacidad, ¿y qué ha pasado?, las habéis empleado en la confusión de vuestro orgullo, bajo apariencia de generosidad. ¡Mirad que lo que más detesto, lo que más detesta mi Corazón son las apariencias!: apariencias de bien, cuando estáis corrompidos por dentro. Y echáis la culpa a vuestros hijos de su mala educación, pero decidme: ¡¿Quiénes fueron sus educadores?![8]
Padres, que os casáis sólo para satisfacer vuestros egoísmos, que buscáis fuera lo que debíais encontrar dentro, que os prodigáis en cariños hacia los demás, atenciones y delicadezas en aras de vuestra santa apariencia, de vuestro status social, descuidando el amor que debías tener en casa, a vuestro cónyuge, a vuestros hijos, en muchos casos inexistentes. ¡Oh, padres!, que en lugar de dar la vida os habéis convertido en asesinos de vuestros hijos. ¡Oh, padres!, ¿a quién voy a recurrir cuando Dios os quiera dar vuestro merecido?[9] ¿Qué le voy a poder decir? Vuestro rezo a Mí no tendrá ningún valor, porque no podré presentar ante Diosninguna de vuestras obras, papás ingratos, hacedores del mañana, constructores de la civilización y la familia. ¡¡Por más que busco, no encuentro ninguna obra buena...!![10]
Restaurad la familia desde sus cimientos, a ti te lo digo, niña, te hago depositaria a ti de esta mi dicha: Restaurad, vosotros, la familia desde sus cimientos, desde el amor y el amor al Amor, desde buscar y encontrar cuál es la Voluntad de Dios sobre ella, y cuál sobre cada uno de vosotros, desde mostrar con la vida el ejemplo de lo que hay que ser: ¡sin miedo!, ¡con valentía!
Que muchos puedan volver sus ojos hacia vosotros y que digan: «¡Esto es lo que hay que hacer, ya no me encuentro perdido!, estos son un ejemplo de lo que yo quiero hacer, en lo que debo servir». ¿Has entendido?
03-03-2003
Jesús:
Mira, no es que no crean en mi Espíritu. Creen en Él y en su Poder, y lo desean, lo desean como un máximo bien. Pero lo malo es que se creen ellos los dispensadores y distribuidores de Él como les place y a quienes les place, y el distribuidor sólo es Dios, que da sus Dones como quiere y cuando quiere.
Ellos han experimentado el Poder de mi Espíritu, y lo desean, pero como simple muestra de su propio poder, para ser poderosos ante los hombres. Y he aquí que Yo, precisamente, no distribuyo mi Espíritu entre los sabios y engreídos de este mundo, sino entre los pobres y humildes.
Ellos nunca reconocerán en vosotros la acción creadora y renovadora de mi Espíritu, siempre os perseguirán, porque, en su soberbia, creen ser ellos los depositarios de mis Dones, mis siete y excelsos Dones, junto con los de la fe, esperanza y caridad. ¡Tan ciegos están que no saben mirar sobre sí mismos![11]
Ellos gozan en todas estas manifestaciones externas,[12] y algunos sienten cosas verdaderamente extraordinarias, pero mira que es el Malvado el que les hace sentir eso, aprovechándose de su egoísmo y egocentrismo, orgullo y falta de fe y de piedad, de amor y verdadera caridad.[13]
¿Cómo les reconoceréis?: Por sus frutos los conoceréis. Verdaderamente el Espíritu Santo es Poderoso, y está renovando mi Iglesia, pero no por el camino que ellos creen, porque ellos mismos lo proponen. No se han dejado guiar por el Espíritu y caminan por donde les dicta su propio espíritu. ¡Tan alejados se encuentran de Mí! Creen que todos debéis tomar ese camino. Les he negado eldon de discernimiento y cuando piensan, con sus inteligencias sólo se confunden con el camino a seguir, y confunden a los a ellos confiados y a quienes, por incautos, se confían a ellos.
Dicen: «¿Por qué tienen ellos el Espíritu y no nosotros? ¿Por qué esta persona que no ha estudiado como nosotros, que ni siquiera tiene la apariencia física ni el carisma para atraerse a las gentes, como lo tenemos nosotros, que no tiene las formas adecuadas que exige la modernidad para hacerse «todo con todos». ¿Por qué ella es depositaria de tus gracias y yo no, que te he servido siempre con tanta fidelidad? ¡Ni siquiera te ha sido fiel! Sé de su vida, y su vida es una pura infidelidad a tus Dones, ¿por qué a ella, Señor, la colmas de ellos y no a mí?»
Porque Yo reparto mis Dones a quien quiero y como quiero. Y por haber tenido envidia de ella y haberte engreído sobre mi Santo Monte, te alejo de Mí hasta que reconozcas mi Poder en los pobres y humildes de este mundo, y no entre los sabios y altaneros, y te hagas a ti mismo pobre, manso y humilde como Yo.[14]Hasta entonces: aléjate de Mí y no vuelvas a invocarme, pues he aquí que no te escucho —oráculo del Señor—, no te escucharé hasta que vuelvas verdaderamente a Mí reenfocando tu vida.
¡Vive!, ¡y sé humilde! Y no ambiciones ni codicies los carismas a ti no concedidos.
Espera de Mí mi Misericordia. Amén.
________________________
[1] Cfr. Mt 7,23.
[2] Habla a la persona particular.
[3] Cfr. Ez 18,21-32.
[4] Este abandono de Dios en esos momentos puede ser para la persona la última cuerda de salvación para su eternidad. Les dejará sufrir para que, al menos así, puedan salvarse al final. Pero habrá gente que no aceptará tampoco esto y renegará de Él, y Él sufre por eso muchísimo.
[5] Evadir las propias responsabilidades en: el trabajo, los cotilleos, ocuparse de la vida de otros.
[6] En su matrimonio.
[7] Consejos diabólicos: «trabaja y no tengas más hijos, esfuérzate fuera de casa, que es lo que cuenta: dinero, status, apariencia, vida confortable, utiliza métodos anticonceptivos ...»
[8] La Virgen aquí se ha puesto sumamente dura, grave.
[9] Juicio particular en el que volverán sus ojos a María, suplicantes.
[10] Esto lo dice casi sin aliento, ahogada por la angustia y la impotencia.
[11] Para darse cuenta de que no los tienen.
[12] Liturgia, cantos, oraciones, reuniones...
[13] Cfr. Mt 7,20.
[14] Cfr. Mt 11,29.