DIALOGOS DE SANTA CATALINA DE SIENA. PALABRAS DE JESUS
La esperanza en Dios y la esperanza en el mundo son incompatibles: «Nadie puede servir a dos señores»
Sabes que no se puede poner la esperanza en dos cosas contrarias. Esto
quiso deciros mi Verdad en el santo Evangelio cuando dijo: Nadie puede
servir a dos señores. Si sirve a uno, tiene descontento al otro. El
servir no es sin esperanza, porque el criado que sirve lo hace con la
esperanza de agradar al señor o con la esperanza de la recompensa. Por
esto no podría servir al enemigo de su señor, porque no podría servirle
sin alguna esperanza, y, esperando en él, se vería privado de lo que
espera de su señor propio. Esto mismo sucede con el alma. O me sirve y
espera en mí, o sirve al mundo y espera en él y en sí misma. Quien sirve
al mundo fuera de mí es porque ama su propia satisfacción, pues
sirviendo al mundo espera obtener placer y deleite sensual. Por tener
puesta la esperanza en cosa finita, vana y transitoria, por esto se
pierde y no llega a conseguir lo que desea. El que espera en sí y en el
mundo, no espera en mí, porque el mundo, es decir, los deseos mundanos
del hombre, me son odiosos; y tan abominables me fueron, que entregué mi
unigénito Hijo a la afrentosa muerte de la cruz. El mundo no es compatible conmigo, ni yo con el mundo.
Mas el alma que perfectamente espera en mí y me sirve de todo corazón,
necesariamente deja de esperar en sí misma y en el mundo. No pone su
esperanza en su propia fragilidad.
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