5 de marzo de 2013 LIBRO DADME DEBEBER.
TOMAD VUESTRO ROSARIO Y REZARLO TODOS LOS DÍAS
Hijos Míos, este
alimento que os doy para vuestra alma, no perece nunca, no está
contaminado, no caduca, porque es un alimento celestial que os doy por
medio de Mi pobre instrumento. Yo, Jesús, os hablo.
Cada cual lo puede
tomar cuando le apetezca. Lo puede tomar en la tristeza para aprender a
superarla, ¡ay que mortal es la tristeza si no la superáis! Lo puede
tomar en la duda para descubrir respuestas. Lo puede tomar en el gozo
para alabarme a través de él. Y lo puede tomar como punto para la
oración o para catequizar a alguien. Yo, Jesús, os hablo.
Un dictado basado y
corroborado en la Biblia, es una gran catequesis, que al emplearlo como
tal, Mi Santo Espíritu os ampliará más el mismo. Pero hijos, que los
mensajes sean para vosotros un bien que os apliquéis, porque se os da
como sobrealimento a lo que va a venir y, tenéis que estar fuertes, muy
fuertes en la fe y en el amor a Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Tomad hijos Míos
vuestro rosario y rezadlo todos los días. No omitáis este rezo que tanto
bien supone a Mi Cuerpo Místico, cargado de indulgencias y gracias para
vosotros mismos. Es un rezo que en el Cielo agrada mucho y cuando se
reza en condiciones, sin prisas y meditando las palabras y los
misterios, es una verdadera escuela de mariología. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, ayudaos
mutuamente en vuestros problemas y sufrimientos. Amaos unos a otros como
Yo os amo. Rezad los unos por los otros, porque todos formáis parte de
Mi Cuerpo Místico y debéis amaros en Mí, y aceptaros tal y como sois. Si
Yo el Perfecto así os acepto ¿vais a exigir una perfección a vuestros
hermanos que vosotros no tenéis? Aun cuando veáis a un hermano que cae,
que no da ejemplo, rezad por él y pedidme a Mí o a Mi Madre que le ayude
en sus desacertados pasos, pero no le juzguéis, porque al hacerlo nunca
sois misericordiosos, siempre condenáis lo que veis o que no os gusta.
Sed verdaderos cristianos, sin criticar, sin juzgar, sin negaros ayuda
unos a otros, también ayuda económica, que Yo bendigo con creces al alma
que se desprende de su dinero en favor de los más necesitados. Yo,
Jesús, os hablo y os bendigo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje
lo pone en práctica.
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