4. Martas de los Sagrarios Abandonados BEATO MANUEL GONZALEZ.
Desde aquella visión desoladora del Sagrario de Palomares
del Río, su vocación al Sagrario abandonado fue perfilándose poco
a poco. Todo el sentido de su apostolado era acompañar al Sagrario
y todas sus experiencias sacerdotales eran trazos de su gran
Obra: los ancianos desamparados, que aprendieron a acompañar al
Señor en la Eucaristía; sus primeras correrías apostólicas; su primera
experiencia en Huelva3 5.
El 4 de marzo de 1910, como culmen de su deseo por acompañar
el gran Abandonado, propuso su plan a un grupo selecto de
feligresas de su parroquia de San Pedro; estaba muy convencido
del éxito, por ser una labor tan necesaria36:
«¿Qué son, pues, las Marías?: Una Obra de reparación
eucarística para en unión de María Inmaculada y a
ejemplo de las María del Evangelio, dar y buscar compañía
a los Sagrarios abandonados, solitarios o poco frecuentados
» 3 7 .
El oficio de estas mujeres era:
« I o Comulgar y hacer una visita al Santísimo Sacramento
diariamente con la intención de comulgar y visitarlo
en el Sagrario en donde sea María.
De este modo y aquel Sagrario tiene siquiera una
compañía.
2 o Poner en juego todo su celo e ingenio para relacionarse
con alguna persona de aquel pueblo, a fin de
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ejercer sobre ella y sobre las amigas de ella una misión
eucarística que dé por resultado el hallazgo o la formación
de las deseadas Martas de aquel pueblo.
Para este fin pueden servirse las Marías de Huelva
de cartas, visitas, hojas, libros y cualquier medio de propaganda
» 3 8 .
En abril de ese mismo año, la asociación fue recomendada
por el Sr. Arzobispo de Sevilla para todas las parroquias 3 9 y en
el B. O. del Arzobispado de Sevilla se publicó un artículo del Arcipreste
de Huelva que daba a conocer la obra de las «Tres Marías
» 4 0 .
Junto a las «tres» Marías, en el Calvario había «un» Juan. Y
don Manuel, fundó los «Discípulos de San Juan», con el mismo
fin reparador que las «Marías», además de adoraciones nocturnas
ambulantes y conferencias para propagar la atracción de los hombres
al Sagrario. Poco después se extendió a sacerdotes y seminaristas.
Tampoco se olvidaba de los niños. Y para que su labor estuviera
completa, para que no faltara la compañía de los pequeños
ante el Sagrario, fundó el 2 de octubre de 1912 los «Juanitos de
los Sagrarios-Calvarios»41.