“Queridos hijos, os llamo a todos y os acepto como hijos mios. Oro para que vosotros me aceptéis y me améis como Madre. Os he unido a todos vosotros en mi Corazón, he descendido entre vosotros y os bendigo. Sé que vosotros deseáis de mí consuelo y esperanza, porque os amo e intercedo por vosotros. Yo os pido a vosotros que os unáis conmigo en mi Hijo y seáis mis apóstoles. Para que podáis hacerlo, os invito de nuevo a amar. No hay amor sin oración -no hay oración sin perdón, porque el amor es oración-, el perdón es amor. Hijos míos, Dios os ha creado para amar, amad para poder perdonar. Cada oración que proviene del amor os une a mi Hijo y al Espíritu Santo, y el Espíritu Santo os ilumina y os hace apóstoles míos, apóstoles que todo lo que harán, lo harán en nombre del Señor. Ellos orarán con obras y no sólo con palabras, porque aman a mi Hijo y comprenden el camino de la verdad que conduce a la vida eterna. Orad por vuestros pastores, para que puedan siempre guiaros con un corazón puro por el camino de la verdad y del amor, por el camino de mi Hijo. ¡Os doy las gracias!”
Bienvenidos a compartir en el Espíritu de Dios
Hola a todos los que visitáis este blog. ¡Gracias por entrar! ¡DIOS OS BENDIGA!
En este momento empezamos a compartir nuestras vivencias y, también nuestras oraciones.
Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!
¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
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Rezo por vosotros. Rezad, también por mí. ¡GRACIAS!
¡Jesús es amor sin límites!
¡Dios te ama!¡Él esta vivo en tu corazón!
¡Que Dios os bendiga cada día de este año 2024
MªEsperanza Román
¡Alabado sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. ¡SÓLO JESÚS SALVA! Léelo en la Biblia.
¡Te basta mi gracia!
Reza ante el Santísimo por tu familia, amigos y enemigos...¡Él es el Todopoderoso!
¡Oh Señor, pongo en tus manos la sangre derramada por todos aquellos niños muertos en el vientre de sus madres a manos de los hombres, únela a la sangre de tu hijo Jesús que derramó por todos nosotros para la remisión de todos los pecados del mundo! Acoge, Señor esta oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
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martes, 3 de junio de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
María nos libra...
Lectura espiritual
María libra a sus devotos de caer en el infierno
1. María consigue que todos sus devotos se salven
El devoto de María que fielmente se encomienda a ella y le obsequia, no puede condenarse. Esta proposición, a alguno le puede parecer muy avanzada, pero a éste le rogaría que, antes de rechazarla, leyera antes lo que enseguida diré sobre este punto.
Al decir que un devoto de nuestra Señora no puede condenarse excluimos a los falsos devotos que abusan de su pretendida devoción para pecar más impunemente. Así que algunos, injustamente, desaprueban el ensalzar tanto la piedad de María con los pecadores, diciendo que así, éstas, luego abusan para pecar más. Semejantes presuntuosos, por su temeraria confianza, merecen castigo, no misericordia. Por tanto, ha de entenderse de aquellos devotos que, con deseo de enmendarse, son fieles en obsequiar a la Madre de Dios y encomendarse a ella. Y digo que éstos es moralmente imposible que se pierdan. Veo que esto también lo ha dicho el P. Crasset en su obra sobre la devoción a la Virgen María; y antes de él, Vega en su Teología Mariana, Mendoza y otros teólogos. Y para comprender que éstos no han hablado a la ligera, veamos lo que han dicho los doctores y los santos. No hay que extrañarse de que cite testimonios tan parecidos unos a otros pues he querido anotarlos todos para demostrar cuán concordes están sobre esto.
Dice san Anselmo que, como el que no es devoto de María y no está protegido por ella es imposible que se salve, así es imposible que se condene quien se encomienda a la Virgen y es mirado por ella con amor. Lo mismo afirma san Antonio con similares palabras: “Como es imposible que se salve aquél de quien María aparte los ojos de su misericordia, así es necesario que se salven y vayan a la gloria aquellos hacia los que vuelve sus ojos rogando por ellos”.
Pero téngase en cuenta la primera parte de la proposición de estos santos, y tiemblen los que abandonan o menosprecian la devoción a esta divina Madre. Dicen que es imposible que se salven aquellos que no son protegidos de María. Esto lo afirman otros, como san Alberto Magno: “Todos, absolutamente todos los que no son tus siervos, se pierden necesariamente”, dice san Buenaventura: “El que la desprecie, morirá en sus pecados”. Y en otro lugar: “El que no te invoca en esta vida, no llegará al reino de Dios”. Y en el salmo 99 llega a decir que no sólo no se salvará, sino que no existe ninguna esperanza de salvación para aquellos de los que María aparta el rostro. Antes lo había dicho san Ignacio mártir afirmando que no puede salvarse un pecador, sino por medio de la Santísima Virgen, la cual, por el contrario, salva con su piadosa intercesión a muchos que, conforme a la justicia divina merecían ser condenados. Algunos dudan si esta sentencia es de san Ignacio mártir, pero, según el P. Crasset, sí lo ha dicho san Juan Crisóstomo, y también lo afirma el abad de Celles. En este sentido aplica la Iglesia a María las palabras de los Proverbios “Los que me aborrecen, aman la muerte” (Pr 8, 36). Todos los que no me quieren, desean la muerte eterna. Porque, como dice Ricardo de San Lorenzo comentando las palabras “viene a ser como nave de mercader” (Pr 31, 14), se verán anegados en el mar de este mundo, todos los que se encuentren fuera de esta nave. Hasta el hereje Ecolampadio consideraba señal cierta de reprobación, la poca devoción de algunos hacia la Madre de Dios, por lo que decía: “Nunca se oirá de mí que estoy contra María, pues considero señal de condenación no tenerle afecto a ella”.
2. María impide que sus devotos de pierdan
Por el contrario, dice María: “El que me oye, no se verá confundido” (Ecclo 24, 30): El que recurre a mí, y escucha lo que le digo, no se perderá. De ahí que le dijera san Buenaventura: “Señora, el que se preocupa de obsequiarte, está muy lejos de la condenación”. “Y esto –dice san Hilario– aunque en el pasado se le hubiera ofendido mucho a Dios”.
Por eso el demonio se afana en que los pecadores, después de haber perdido la gracia divina, pierdan además la devoción a María. Sara, viendo a Isaac que jugaba con Israel quien le enseñaba malas costumbres, dijo a Abrahán que lo echara de casa, y que echara también a su madre Agar: “Despacha a la esclava con su hijo” (Gn 21, 10). No se contentaba con que saliera sólo el hijo si no marcha la madre, pensando que, de otro modo, volviendo el hijo a ver a la madre, hubiera vuelto a frecuentar la vivienda. Así el demonio no se contenta con que un alma se aparte de Cristo si no se desentiende también de la Madre: “Arroja al Hijo y a su Esclava”. De otra manera, teme que la Madre vuelva a introducir al Hijo en esa alma. Y lo teme con toda razón, porque, como dice el docto P. Paciuchelli, el que es fiel en obsequiar a la Madre de Dios, pronto lo recibirá por medio de María.
Por lo que, con razón san Efrén llama a la devoción a María “Carta de libertad”, salvoconducto para el cielo y no ser relegado al infierno. Y llamaba a la Madre de Dios “Patrocinadora de los condenados”, siendo cierto, como lo es, lo que dice san Bernardo, que a María no le falta ni poder ni voluntad de salvar. No le falta poder porque sus plegarias no pueden dejar de ser oídas, como afirma san Antonio. Y san Bernardo dice que sus plegarias no pueden quedar baldías, sino que obtienen cuanto quieren: “Encuentra lo que quiere y no puede quedar decepcionada”. No le falta voluntad de salvarnos, porque más desea nuestra salvación de lo que nosotros la deseamos. Siendo esto verdad ¿cómo puede suceder que se pierda un devoto de María? Puede que sea pecador, pero si se encomienda a esta buena Madre con perseverancia y voluntad de enmendarse, ella se cuidará de conseguirle luz para salir de su mal estado, dolor de sus pecados, perseverancia en el bien y una santa muerte. ¿Qué madre, pudiendo con sus plegarias ante el juez, librar a su hijo de la muerte, no lo haría? Y ¿podremos pensar que María, madre la más amorosa que pueda encontrarse para con sus devotos, pudiendo librar a un hijo de la muerte eterna, deje de hacerlo?
3. María pone a sus devotos en camino de salvación
Devoto lector, demos gracias al Señor si vemos que Dios nos ha dado amor y confianza para con la Reina del cielo, porque Dios –dice san Juan Damasceno– otorga esta gracia a los que quiere salvar. Con estas hermosas palabras reaviva el santo nuestra confianza: “Madre de Dios, si yo pongo mi confianza en ti, me salvaré. Si estoy bajo tu protección, no tengo que temer nada, porque ser tu devoto es poseer las armas con que se consigue la salvación que Dios concede a los elegidos”. Erasmo saludaba a la Virgen diciendo: “Dios te salve, terror del infierno y esperanza de los cristianos; esperar en ti es tener segura la salvación”.
¡Cuánto enfurece al demonio ver a un alma que persevera en la devoción a la Madre de Dios! Se lee en la vida del P. Alfonso Álvarez, muy devoto de María, que estando en oración y muy angustiado por las tentaciones impuras con las que le acosaba el demonio, éste le dijo: “Deja esa devoción a María y yo dejaré de tentarte”.
Reveló Dios a santa Catalina de Siena, como refiere Blosio, que él, por su bondad, le había concedido a María, en atención a su divino Hijo, que ninguno, aunque fuera pecador, si se encomienda a ella devotamente, llegue a condenarse. También el profeta David pedía ser librado del infierno por el amor que tenía al honor de María: “Amé, Señor, el decoro de tu casa... no pierdas mi alma con los impíos” (Sal 25, 8-9). Dice “el decoro de su casa”, porque María fue aquella casa que Dios se fabricó en la tierra para su morada y para encontrar en ella su reposo al hacerse hombre, como está escrito en los Proverbios: “La Sabiduría se edificó para sí una casa” (Pr 1). No, cierto que no se perderá –decía san Ignacio mártir– el que se preocupa de ser devoto de esta Virgen Madre”. Y lo confirma san Buenaventura diciendo: “Señora, los que te aman gozan de gran paz en esta vida y en la otra no verán jamás la muerte”. “Jamás se ha dado ni se dará el caso –asegura el devoto Blosio– de que un humilde y devoto siervo de María, se pierda para siempre”.
4. María posee gran poder contra el mal
¡Cuántos se habrían condenado eternamente o quedado obstinados en el mal, si María no hubiera intercedido ante su hijo para que tuviera misericordia con ellos! Así lo dice Tomás de Kempis, y es el parecer de muchos teólogos, sobre todo de santo Tomás, el que a personas aparentemente muertas en pecado mortal, la Madre de Dios les obtuviera del Señor que suspendiera la sentencia y revivieran para hacer penitencia. Sobre esto refieren graves autores, no pocos ejemplos. Entre otros, Flodoardo, que vivió en el siglo noveno, narra en su Crónica de un diácono llamado Adolmano, el cual, creyéndole muerto, mientras estaban ya para enterrarlo, revivió; y dijo que había visto el lugar del infierno donde debía estar condenado, pero que, gracias a las plegarias de la Santísima Virgen, había vuelto a la vida para tener tiempo de hacer penitencia. Surio también refiere de un ciudadano romano llamado Andrés, que había muerto, al parecer, impenitente, y al que María le había obtenido poder revivir para poder ser perdonado. También cuenta Pelbarto que en su tiempo, cuando el emperador Segismundo atravesaba los Alpes con su ejército, se oyó la voz de un soldado que estaba esquelético, y que pedía confesión, diciendo que la Madre de Dios, de quien había sido devoto, le había obtenido la gracia de poder vivir en aquel estado hasta que se confesase; y una vez que se hubo confesado, expiró.
Estos y otros ejemplos, no han de servir para animar a ningún temerario a vivir en pecado, con la esperanza de que María lo librará del infierno en el último momento; pues, como sería gran locura tirarse a un pozo con la esperanza de que María lo preservara de la muerte, como ha salvado a otros en semejante situación, así mayor locura sería arriesgarse a llegar a la hora de la muerte en pecado con la pretensión de que la Virgen lo librase del infierno. Pero esos ejemplos, que sirvan para reavivar nuestra confianza pensando que, si la intercesión de esta Madre divina ha podido librar del infierno aun a aquellos que parecían haber muerto en pecado, cuánto más será poderosa para impedir que caigan en el infierno los que durante su vida recurren a ella con intención de enmendarse, y fielmente la sirven.
5. María escucha nuestras plegarias
Digamos, pues, con san Germán: “¿Qué sería de nosotros, pobres pecadores, pero que queremos enmendarnos y recurrimos a ti, sin tu ayuda, pues eres la vida y la respiración de los cristianos?”. Oigamos a san Anselmo que dice: “No se condenará aquel por quien María haya orado una sola vez”. Dice que no se condenará aquel por quien hayas interpuesto tus plegarias, aunque sea una sola vez; ruega pues por nosotros, y nos veremos libres del infierno. ¿Quién me dirá que, al presentarme al divino tribunal, no tendré favorable al juez, si tengo para defender mi causa a la Madre de la misericordia? Así lo expresa Ricardo de San Víctor. El B. Enrique Susón declaraba que había puesto su alma en manos de María; y decía que si el juez hubiera querido condenarlo, deseaba que la sentencia se ejecutase por manos de María, seguro de que una vez en manos de la Virgen piadosa, ella misma impediría su ejecución. Lo mismo digo y espero para mí, mi Santísima Reina. Por esto quiero siempre suplicarte con san Buenaventura: “En ti, Señora, esperé, no seré para siempre confundido”. Señora, yo he puesto en ti toda mi esperanza; por eso tengo la firme seguridad de no verme condenado, sino encontrarme a salvo en el cielo alabándote y amándote siempre.
EJEMPLO
Distinta suerte de dos jóvenes libertinos
En el año 1604, en una ciudad de Flandes, vivían dos jóvenes estudiantes, que en vez de dedicarse a los estudios, se lo pasaban en borracheras y deshonestidades. Una de tantas noches, habiendo estado pecando en casa de una mujer de mala vida, uno de ellos llamado Ricardo, se fue a su casa, el otro se quedó más tiempo. Llegado a casa Ricardo, mientras se desvestía para acostarse, se acordó de que no había rezado aún el Ave María a la Virgen, como acostumbraba. Se caía de sueño, por lo que le costó mucho rezar, pero haciendo un esfuerzo rezó, aunque sin devoción y medio dormido. Luego se acostó; y estando en el primer sueño, sintió llamar fuerte a la puerta, e inmediatamente después, sin que se abriera la puerta, vio ante sí a su compañero, desfigurado y horrible. “¿Quién eres?”, le dijo. “¿No me reconoces?”, le respondió la aparición. “Pero ¿cómo estás tan cambiado? ¡Si pareces un demonio?” “¡Desgraciado de mí! ¡Estoy condenado!”, gritó el infeliz. “¿Cómo?” “Al salir de aquella casa infame un demonio me ahogó. Mi cuerpo está en medio de la calle y mi alma en el infierno. Y has de saber que el mismo castigo estaba preparado para ti, pero la Virgen, por ese pequeño obsequio del Ave María, te ha librado. ¡Feliz tú, si sabes aprovechar este aviso que por mi medio te manda la Madre de Dios!” Y dicho esto desapareció. Ricardo, deshecho en llanto, se arrojó de la cama postrándose en el suelo para dar gracias a María su libertadora. Y estando meditando en cambiar de vida, oyó la campana de los franciscanos que tocaba a maitines. Se dijo: Ahí me llama Dios a hacer penitencia. Marchó inmediatamente al convento a rogar a los padres que lo recibieran. Ellos no querían hacerle caso conociendo su vida tan desordenada; pero él, hecho un mar de lágrimas, les contó cuanto acababa de suceder. Marcharon los padres a aquella calle, y, en verdad, encontraron el cadáver del joven con muestras de haber sido ahogado y negro como un carbón. Entonces lo recibieron. Ricardo, de ahí en adelante se entregó a una vida ejemplar. Fue a las Indias y a predicar el Evangelio; de allí pasó al Japón; y tuvo la gracia de morir mártir de Jesucristo, siendo quemado vivo.
ORACIÓN DE GRATITUD A MARÍA
María, mi Madre muy amada:
en qué abismo de males no me encontraría, si no me hubieras preservado tantas veces; si con tu piadosa mano no me hubieras sostenido en cuántos peligros hubiera caído.
Cuántos años hace que estaría en el infierno
si tú no me hubieras librado con piadosos ruegos. Mis graves pecados allí me arrojaban; la divina justicia, ya me había condenado; los demonios bramaban, queriendo ver ejecutada la sentencia. Pero tú acudiste, Madre, sin que yo te llamara, y me salvaste.
Mi amada libertadora,
¿qué te ofrendaré por tal gracia y tanto amor? Tú, después, venciste mi dureza, y me atrajiste a tu amor y a confiar en ti. Prosigue, vida y esperanza, Madre a la que amo más que a mi vida, prosigue empeñada en librarme del infierno, y, antes, de los pecados en que puedo caer.
Mi Señora, tan querida, yo te amo.
¿Cómo podrá sufrir tu bondad ver condenado a un devoto que te ama? Consígueme que no sea en adelante ingrato, ni contigo, ni con Dios, que, por tu amor, tantas gracias me ha otorgado. María, sé que me perderé si te abandono. Pero ¿cómo tendré el valor para dejarte? Tú, después de Dios, eres todo el amor que me queda.
No soy capaz de vivir sin amarte.
Yo te quiero de veras, yo te amo, y espero que siempre te amaré, en el tiempo y en la eternidad, porque eres la criatura más bella y santa, más benigna y amable del mundo. Amén.
(“Las Glorias de María” – San Alfonso María de Ligorio)
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miércoles, 28 de mayo de 2014
Jesús nos protege
26 de mayo de 2014 LIBRO DADME DE BEBER.
ESTA HUMANIDAD PECADORA HA LLEGADO A REBOSAR LA COPA Y MI PACIENCIA HA LLEGADO A UN LÍMITE
Hijos Míos, esta Humanidad pecadora ha llegado a rebosar la copa y Mi paciencia ha llegado a un límite, porque si no es así la corrupción y el pecado llegarían a unas dimensiones que sería este planeta un Infierno. Yo, Padre Eterno, os hablo.
Hijos Míos, Soy vuestro Padre Celestial y así os lo enseñó Mi divino Hijo, a quien apenas adoráis, a quien apenas meditáis, y a quien apenas imitáis. Yo os digo, que todo aquel que ignora a Mi Hijo, que pasa de Él y de Su doctrina, pagará muy cara su indolencia, porque perderá eternamente la felicidad. Yo, Padre Eterno, os hablo.
Hijos de Mis entrañas, debéis haceros propósitos firmes de enmendaros, de ser más buenos, de mejorar vuestras conductas, y sobre todo, de amaros menos a vosotros mismos, porque vuestro amor propio os puede hacer llegar a perder el alma, puesto que no os doblegáis a razonamientos y en vosotros prevalecen vuestros criterios contaminados, criterios influenciados por Satanás, criterios mundanos, materializados y criterios totalmente opuestos a la doctrina y vida de Mi Hijo. Yo, Padre Eterno, os hablo.
Os hablo movido por el amor inmenso que Me producís veros tan extraviados, tan ciegos por el vicio y el materialismo. No os preocupan vuestras almas y las ignoráis. Solo vivís por y para el cuerpo, pensando en disfrutar deleites y cosas que aunque muchas sean lícitas, os eclipsan las verdades eternas y la doctrina sabia e imperecedera de Mi divino y santo Hijo. Por eso os pido que os enmendéis, os aviso antes de enviaros un terrible castigo, castigo que no alcanzareis a saber que será ni cómo será, pero si no os enmendáis os digo que el castigo que os sobrevenga no tendrá precedente en la historia de la Humanidad, porque tampoco tiene precedente en la historia de la Humanidad las dimensiones y el protagonismo que ha tomado el pecado y la corrupción. Yo, Padre Eterno, os hablo.
Por tanto, vosotros que también sois padres, enmendaros aunque solo sea por salvar a vuestros hijos de tanto mal, porque los niños son inocentes y vosotros debéis protegerlos de todo mal, y ninguna mejor protección que uniros a mi divino Hijo, darle el culto que se le debe por ser Él quien es y cumplir los mandamientos. Yo, Padre Eterno, os hablo y os advierto. Alabado y bendecido sea por siempre Mi divino Hijo y Su Santa Madre María.
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Las bodas de Caná
EL VERDADERO ROSTRO DE MARÍA SANTÍSIMA!
27 de marzo de 2014 a la(s) 17:28
Historia de la imagen dejada por la Virgen en un encuentro con la “Sierva de Dios” Luigina Sinapi con el mensaje: “Haced lo que El os diga”
El “regalo” de la Stma. Virgen a Luigina ¡Parece increíble, sin embargo es cierto! Es el hecho de la impresión del Rostro de la Stma. Virgen, que Luigina recibió un día de Ella misma, en un encuentro que tuvo en los años ’60. Muchas personas cercanas a Luigina en aquel tiempo tuvieron la suerte de escuchar de sus mismos labios lo ocurrido.2 Yo misma fui una de ellas. Tuve el bien de conocerla y participar a aquellos momentos de intimidad en que ella se detenía sobre los hechos extraordinarios de su vida.
Hablando de esa imagen y de la belleza misteriosa del Rostro, Luigina hacía nacer espontáneo el deseo de querer saber más,de conocer el origen y el significadode ciertos detalles. Precisamente para responder a esas legítimas preguntas,he querido recoger esos recuerdos para que no se pierdan.Luigina Sinapi me mostró la imagen de la Stma. Virgen a finales de los años’60. Me había llevado a su casa, pocos años antes, Don Giuseppe Tomaselli, unsalesiano de santa vida. Luigina fue a por ella fuera del cuarto en que recibía, yacercandose a mí permaneció de pie con la imagen en la mano presentandola ala vista. “¿Puedo besarla?”– le pregunté. Y le dí un beso sobre el cristal del portaretratos.La imagen, como indicó Mons. Guglielmo Zannoni, era de 10 x 14 cm. Elmarco de oro, moldeado, estaba adornado con piedras de varios colores.3
Un pensamiento me pasó por la mente: estoy ante la Madre de Dios, mis ojosestan viendo su Cara. Intimamente emocionata, pero también vivamente sorprendida,exclamé: “¡Qué bella!”. Queriendo decir: bella de un modo inimaginable,absolutamente más allá. Ante la imagen verdadera, las imágenes a las que estamosacostumbrados se desvanecen. Pero también “bella” por elegante, adornada.“¡Pero la ‘Mamma’ no es una bacucca 4, como tantos se creen!”, fue la respuestade Luigina, percibiendo en la onda de emoción también un matíz deasombro ante tanta refulgente –divina, pero también humana– belleza.Luigina me contó cómo había recibido el don de esa imagen, y con el tiempo,me participó otros detalles.Ella estaba esperando, como cada primer sábado de mes, la visita de “laMamma” en su casa de vía Urbino, en Roma, y más exactamente en su capillita;pero aquel sábado la Stma. Virgen no había venido. Luigina se quedó triste y, para
2 - Entre las personas más cercanas a Luigina en aquel tiempo fueron: el P. Raffaele Preite, suDirector Spiritual, del Orden de los Siervos de María; el On. Prof. Enrico Medi (Siervo deDios); Don Attilio Malacchini, Paolino; el P. Giuliano Di Renzo, O.P.; la ProfesoraGiuseppina Cardillo Azzaro.3 - El orfebre de Luigina era Vittorio Buonuomo de Nápoles. 4 - “Bacucca” significa una mujer vieja y anticuada.consolarse, pensó proyectarse algunas imágenes sagradas, en particular lasdiapositivas de los Santos Lugares. Una costumbre que incrementó después de laperegrinación a Tierra Santa, en agosto de 1967.5En la pared que hacía de pantalla se presenta, según el orden, la diapositiva dela localidad de Caná, lugar del evangélico “banquete de Bodas”, en que Jesús“dio comienzo a sus milagros”.De repente la escena se anima por la presencia real de la Madre de Jesús queintercede ante su Hijo. María está vestida con el vestido de fiesta 6, adornada conlas “joyas de la Casa de David”, don de su Esposo José: dos magníficos pendientesde perlas y un broche análogo sobre el húmero sujetando la leve caída delmanto. Un tejido impalpable, casi un velo, blanco, se apoya en su cabeza.En una primera pose la Virgen se dirige con los ojos al Hijo diciendole: “Notienen vino”.En la segunda pose, la imagen presenta el semblante virginal de la “Mujer”, enel momento en que la Madre de Jesús, dirigiendose a los siervos, pronuncia lasarcanas palabras: “Haced lo que El os diga”.
“En Mí encontrarás a Jesús”En el momento de alejarse la Stma. Virgen le dice a Luigina: “¡Te dejo unregalo, míra!”, y añade: “En Mí encontrarás a Jesús”.5 - El testimonio es de Don Attilio Malacchini, Paolino, que fue con ella en esa peregrinación, y másadelante le procuró a Luigina el proyector, que alquiló junto a la Porta Cavalleggeri (Roma), asícomo las diapositivas.6 - María vestía normalmente como su pueblo, una vestidura de tejido pardo, pero en las fiestastambién se ponía un vestido azulado con bordados de plata. Son detalles dados por Luigina.10Luigina constata que la presencia de la Madre de Jesús en “las bodas de Caná”ha impresionado dos veces el material empleado en la proyección, dando elretrato de la Madre de Dios en dos poses distintas. Ella llama la efigie “laVirgen en las Bodas de Caná”.La evangélica “Fiesta de Bodas” es el misterioso evento del que procede laimagen.¿Qué mejor “regalo” habría podido hacerle “la Mamma”? ¿O más deseado?Pero Luigina había recibido también un aviso materno: “En Mí encontrarás aJesús”, le había dicho “la Mamma” en el momento de alejarse.¡Qué palabras misteriosas! Luigina al principio no comprende. Su fe, la fe de“eventos madurados en silencio”, se convierte en operosa espera. Surge la viva exigencia de descifrar el sentido de las arcanas palabras. El júbilo del “regalo”materno era atravesado por ese aviso. Y así, de pronto, el sublime, consoladordescubrimiento: en el rostro bello y santo de la Madre, estaba –está– bien visible,el Rostro de Jesús.Basta tapar con una hoja en blanco la parte izquierda de lacara de la Madre, para que en la parte derecha se vea unafigura, igual y distinta: la imagen del Hijo. El Hijo y la Madreson iguales, mas no idénticos, en los rasgos y en la expresión.Luigina busca una confirmación a su descubrimiento y laencuentra de forma convincente en el único punto deparangón indudable: los rasgos del Salvador presentes en elrostro de la “Mujer” que intercede en las Bodas de Caná,coinciden con el divino semblante del Hombre de la SábanaSanta, el único arquetipo del Hombre–Dios.En el regalo de “la Mamma” a Luigina “el Hijo de María” es conforme en losresgos al rostro de la Madre. Pero la Madre, “Hija de su Hijo”,7 es conforme a El.Cuando Luigina mostraba en el rostro de María el rostro adorable de su Jesússe llenaba de un íntimo consuelo. Era eso el mensaje más grande de la imagen:“Ahí –o sea, en Mí– encontrarás a Jesús”, le había dicho “la Mamma”.7 -
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martes, 27 de mayo de 2014
Espacio Angélica
CARACTERISTICAS DEL FIN DE LOS TIEMPOS. SUCESOS.by pajares95 |
Os llamo a una conversión de corazón DEL LIBRO DE ORO. DADO A AGUSTIN DEL DIVINO CORAZON.Julio 20/09 (2:27 p. m.)María Santísima dice:María, Madre de la Iglesia, llama a toda la humanidad a una conversión de corazón. Estáis en el final de los tiempos. Tiempos de confusión, tiempos de degradación moral, tiempos en los que los hombres andan de un lado para otro por el prurito de oír novedades.Tomad atenta nota de las características que acompañarán al final de los tiempos:1. Difusión del error. La difusión del error os conllevará a la pérdida de la fe y a la apostasía. Porque algunos teólogos promueven doctrinas y pensamientos que no están en coherencia con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras y del Magisterio de la Iglesia.
Hijos míos: "no os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía, casi general de los fieles, y aparecerá el hombre del pecado, el hijo de la perdición." (2 Tesalonicenses 2,3).
2. Los cristianos fieles al Evangelio, fieles a la doctrina sana de la Iglesia Remanente serán perseguidos. "En aquel tiempo, seréis entregados a los magistrados para ser puestos en los tormentos y os darán la muerte, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi Nombre, por ser discípulos míos." (Mateo 24,9)
3. En el cielo aparecerán fenómenos extraordinarios. "Y habrá grandes terremotos en varias partes, y pestilencias, y hambres, y aparecerán en el cielo cosas espantosas y prodigios extraordinarios." (Lucas 21,11). "Yo haré que se vean prodigios arriba en el cielo, y portentos abajo en la tierra: sangre y fuego, y torbellinos de humo" (Hechos 2,19)
4. Aparecerá el horroroso sacrilegio, la suspensión del Santo Sacrificio de la Eucaristía."Y el Cristo afirmará su nueva alianza en una semana con muchos fieles convertidos; y a la mitad de esta semana cesarán las hostias y los sacrificios y estará en el tiempo la abominación de la desolación" (Daniel 9,27)
5. Surgirán nuevas guerras, guerras que causarán muerte a miles y miles de personas, guerras que surgirán y os llevarán a grandes epidemias, a la devastación y desolación total; guerras que os llevarán a la hambruna. "Es verdad que se armará nación contra nación, y un reino contra otro; y habrá pestes y hambres y terremotos en varios lugares" (Mateo 24,7).
6. Las virtudes de San José serán reconocidas.La humanidad le dará la verdadera importancia y reconocerá el papel tan grande que ha tenido San José en nuestra Iglesia.
Hijos míos: escuchadme. Es un lamento de Madre. Lamento porque la mayoría de mis mensajes se pierden. Lamento porque mis palabras son como humo que se los lleva el viento.
Lamento porque muchos de mis hijos mueren en pecado
mortal y van a parar a las profundidades del averno.
Lamento porque hablo y no soy escuchada. Porque me aparezco en tantos lugares del mundo y de momento creen y después desechan mis palabras, fácilmente se les olvida.
Vosotros que sois sensibles y susceptibles a mi voz y a mi presencia: rogad a Dios, rezad muchísimos Rosarios, haced penitencia, haced sacrificios, haced ayunos para que los corazones de los hombres se ablanden, para que los oídos de toda la humanidad se abran a mis palabras y a las Palabras de mi Hijo Jesús porque fuertes acontecimientos acaecerán a toda la humanidad.
Orad, orad, orad para que el tiempo sea abreviado.Os amo y os bendigo, mis hijos amados: . Amén.
Hijos míos: "no os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía, casi general de los fieles, y aparecerá el hombre del pecado, el hijo de la perdición." (2 Tesalonicenses 2,3).
2. Los cristianos fieles al Evangelio, fieles a la doctrina sana de la Iglesia Remanente serán perseguidos. "En aquel tiempo, seréis entregados a los magistrados para ser puestos en los tormentos y os darán la muerte, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi Nombre, por ser discípulos míos." (Mateo 24,9)
3. En el cielo aparecerán fenómenos extraordinarios. "Y habrá grandes terremotos en varias partes, y pestilencias, y hambres, y aparecerán en el cielo cosas espantosas y prodigios extraordinarios." (Lucas 21,11). "Yo haré que se vean prodigios arriba en el cielo, y portentos abajo en la tierra: sangre y fuego, y torbellinos de humo" (Hechos 2,19)
4. Aparecerá el horroroso sacrilegio, la suspensión del Santo Sacrificio de la Eucaristía."Y el Cristo afirmará su nueva alianza en una semana con muchos fieles convertidos; y a la mitad de esta semana cesarán las hostias y los sacrificios y estará en el tiempo la abominación de la desolación" (Daniel 9,27)
5. Surgirán nuevas guerras, guerras que causarán muerte a miles y miles de personas, guerras que surgirán y os llevarán a grandes epidemias, a la devastación y desolación total; guerras que os llevarán a la hambruna. "Es verdad que se armará nación contra nación, y un reino contra otro; y habrá pestes y hambres y terremotos en varios lugares" (Mateo 24,7).
6. Las virtudes de San José serán reconocidas.La humanidad le dará la verdadera importancia y reconocerá el papel tan grande que ha tenido San José en nuestra Iglesia.
Hijos míos: escuchadme. Es un lamento de Madre. Lamento porque la mayoría de mis mensajes se pierden. Lamento porque mis palabras son como humo que se los lleva el viento.
Lamento porque muchos de mis hijos mueren en pecado
mortal y van a parar a las profundidades del averno.
Lamento porque hablo y no soy escuchada. Porque me aparezco en tantos lugares del mundo y de momento creen y después desechan mis palabras, fácilmente se les olvida.
Vosotros que sois sensibles y susceptibles a mi voz y a mi presencia: rogad a Dios, rezad muchísimos Rosarios, haced penitencia, haced sacrificios, haced ayunos para que los corazones de los hombres se ablanden, para que los oídos de toda la humanidad se abran a mis palabras y a las Palabras de mi Hijo Jesús porque fuertes acontecimientos acaecerán a toda la humanidad.
Orad, orad, orad para que el tiempo sea abreviado.Os amo y os bendigo, mis hijos amados: . Amén.
lunes, 26 de mayo de 2014
Reina del Cielo
Los moribundos
ASISTID ESPIRITUALMENTE A LOS MORIBUNDOS.by pajares95 |
LIBRO DADME DE BEBER.
ASISTID ESPIRITUALMENTE A MIS MORIBUNDOS, LLEVADLES AL SACERDOTE
Todo aquel que desee salvarse, se salvará. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, creéis que la salvación del alma es una empresa laboriosa y muy dura para vuestra naturaleza limitada y flaca, pero no hijos, no, porque el alma que de verdad, de corazón desea salvarse, intentará poner todo lo que esté de su parte para que así sea y, en aquellas cosas o situaciones donde su esfuerzo no sea eficaz, Yo, Jesús, que Soy el Salvador, la ayudaré cuantas veces hagan falta.
Pero hijos, debéis tener deseo y voluntad de querer salvaros para que esto llegue a ser una realidad, porque si pasáis de todo y menospreciáis la empresa más importante de vuestra vida que es salvar vuestra alma, entonces, si a vosotros no os importa, ya podéis imaginar que aunque a otras almas o a Mí importe vuestra salvación, sin vosotros y vuestra colaboración poco o nada se conseguirá. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, os lo vuelvo a repetir por enésima vez, asistid espiritualmente a Mis moribundos, llevadles al sacerdote y que los reconforten espiritualmente, que aunque parezca que el agonizante no se entera de nada, Mi Santo Espíritu actuará en su interior para que no sea así. ¡Sacerdotes! No ignoréis a Mis moribundos, id a visitadlos, ofrecedles preces y misas,no olvidéis esta importante obra de misericordia y haced con ellos lo que os gustaría que hicieran con vosotros en esos momentos últimos de existencia. Yo, Jesús, os hablo.
Todo lo que os ayudéis de una forma u otra unos a otros, a través de la oración, penitencias, intercesión o acciones, Yo no lo olvidaré eternamente, porque el que colabora con el Cielo en el bien de las almas y sobre todo con los moribundos, el Cielo lo recordará eternamente y el será el primero en beneficiarse.
Hijos Míos, vosotros no sabéis si vuestras oraciones son eficaces, pero Yo os digo que las unáis a Mis méritos y Mi Preciosísima Sangre para que lo poco o mucho que hagais, sea efectivo por medio Mío. Yo, Jesús os hablo y os lo pido. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.
Consagración
Fórmula de la consagración TLIG.ORG ARGENTINA.
CONSAGRACION A LOS DOS CORAZONES
25 de marzo de 2014
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Yo, (..…) en presencia de toda la corte celestial, os elijo por Madre y Dueña mía y me regocijo en ser vuestro esclavo de Amor.
Os entrego y consagro mi cuerpo y mi alma, con todos mis bienes interiores y exteriores, naturales y sobrenaturales, pasados, presentes y futuros.
Quiero también ganar cuantas indulgencias pueda y os las entrego.
¡Mi queridísima Madre!, renuncio a mi propia voluntad, a mis pecados, disposiciones e intenciones; quiero lo que Vos queréis; me arrojo en vuestro Corazón abrasado de amor, divino molde en el que debo formarme, y en él me escondo y me pierdo para rogar, obrar y sufrir siempre por Vos y con Vos, a la mayor gloria de vuestro divino Hijo, Jesús. Amén.
CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
consagración_logo
Sagrado Corazón de Jesús, ven a invadirme completamente, para que mis motivos sean Tus motivos, mis deseos Tus deseos, mis palabras Tus Palabras, mis pensamientos Tus pensamientos. Después, déjame cobijarme en lo más profundo de Tu Sagrado Corazón. Aniquílame totalmente.
Yo adoraré Tu Sagrado Corazón desde el fondo de mi corazón. Prometo servir a Tu Sagrado Corazón con fuego en mi interior. Te serviré con celo, con más fervor que antes. Soy débil, pero sé que Tu Fuerza me sostendrá. No permitas que Te pierda de vista ni dejes que mi corazón se vuelva hacia otro lado.
Yo buscaré sólo Tu Sagrado Corazón y Te desearé únicamente a Ti. Sagrado Corazón de Jesús, hazme detestar todo lo que es contrario a Tu Santidad y a Tu Voluntad. Pásame por la criba una y otra vez, para asegurar que ningún rival permanezca dentro de mí. A partir de hoy, estrecha los lazos de Amor con los que me prendiste y haz que mi alma
Esté sedienta de Ti y mi corazón anhelante de amor por Ti.
Sagrado Corazón de Jesús, no esperes, ven a consumir todo mi ser con las Llamas de Tu ardiente Amor. Que todo lo que yo haga, a partir de ahora, sea únicamente por Tus intereses y para Tu Gloria, sin buscar nada para mí.
Yote consagro mi vida y, a partir de hoy, estoy dispuesto a ser el esclavo de Tu Amor, la víctima de Tus ardientes deseos y de Tu Pasión, un provecho para Tu Iglesia y el juguete de Tu Alma.
Haz que mis rasgos se asemejen a los de Tu Crucifixión, por la amargura que experimentaré ante la sordera de las almas y al verlas caer. Da a mi alma su plenitud. Sagrado Corazón de Jesús, no me evites Tu Cruz, como el Padre no Te la evitó a Ti. Detén mis ojos, mis pensamientos y mis deseos, para que sean cautivos de Tu Sagrado Corazón.
Indigno soy y nada merezco, pero ayúdame a vivir mi acto de Consagración, siéndote leal, invocando incansablemente Tu Santo Nombre. Haz que mi espíritu rechace todo lo que no seas Tú. Sagrado Corazón de Jesús, haz sobrellevar a mi alma más que nunca, las Señales de Tu Cuerpo, por la conversión de las almas.
Yo (.….), someto libremente mi voluntad a Tu Voluntad, ahora y por siempre. Amén. (VVeD 26 ene 92)
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