by pajares95 |
¡HACED HIJITOS MÍOS UNA GRAN CADENA DE ORACIÓN, AYUNO Y PENITENCIA, PIDIÉNDOLE A MI PADRE QUE TENGA PIEDAD Y MISERICORDIA DE LA GRAN NACIÓN AMERICANA!
AGOSTO 25 DE 2014 – 2:30 P.M.
LLAMADO URGENTE DE MARÍA SANTIFICADORA A LA GRAN NACIÓN AMERICANA
La paz de mi Señor esté con vosotros, hijitos de mi corazón.
Se está acercando la hora en que mi Padre derramará la copa de su Santa Justicia sobre ti, oh Babilonia de estos últimos tiempos. ¡Oh, nación americana que no has querido acogerte al llamado que mi Padre te está haciendo para que te conviertas! Os digo, la sangre que derramáis de mis inocentes criaturas, clama justicia; vuestra sodomía, idolatría y decadencia moral una afrenta al amor del Padre; el yugo que ponéis sobre muchas naciones será puesto sobre vuestra nación y vuestra doble moral será desenmascarada. Ya no se te llamará más la Gran Nación, sino que serás llamada la gran desolada.
El fuego de la justicia divina caerá sobre ti y el fuego de la boca del gran dragón amarillo, muy pronto asolará y destruirá gran parte de vuestro territorio. ¡Oh nación del águila, si no volvéis a Dios de corazón, serás destronada y solo quedará de ti un recuerdo!. Dejad vuestra soberbia y prepotencia; dejad de pecar; dejad de retar la sabiduría de Dios, porque has llegado al extremo de creerte divina y todo esto mañana será vuestra desgracia. ¡Oh nación de las cincuenta estrellas, si no volvéis a Dios como los Ninivitas, mi Padre os desaparecerá de la faz de la tierra!.
¡Oh pueblo de Dios, entonad un cántico plañidero por la Reina de las Naciones para que se convierta y no sea castigada!. ¡Volved a Dios habitantes de la gran nación, dejad de subyugar a las naciones, parad de derramar sangre inocente! ¡Ayunad y reparad por todos vuestros pecados, pedid mi santa intercesión, para que el rigor de la justicia divina os sea más llevadera y vosotros y vuestras ciudades no desaparezcan al paso de la Santa Ira de Dios!. Hoy mi Corazón está triste por la suerte que le espera a esta nación, si continúa en su loca carrera de desenfreno y pecado.
¡Haced hijitos míos, una gran cadena de oración, ayuno y penitencia, pidiéndole a mi Padre que tenga piedad y misericordia de la gran nación americana. Como Madre de la humanidad hago un llamado urgente a los habitantes de esta nación, para que se acojan lo más pronto posible a la misericordia de mi Padre. Hago un llamado a su gobernante para que detenga la guerra que solo traería desolación y muerte a la creación. La guerra despertará la justicia divina y pobres de vosotros hijitos, porque no sabéis a lo que os enfrentaréis. La guerra desestabilizará la tierra y todo el sistema planetario se afectará, por la tecnología de muerte que hoy se maneja.
¡Detened la guerra reyes de este mundo, porque mi Padre no permitirá que le destruyáis lo que con tanto amor creó!. Estáis avisados, ¡parad el derramamiento de sangre, no entréis en la guerra; dejad vuestra ansia de poder y expansionismo, porque esto solo traería desolación y muerte. Que la paz de Dios reine en el corazón de los gobernantes de este mundo, para que cese la injusticia, la violencia y la guerra, y florezca la justicia y la paz entre las naciones.
Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi corazón.
ENOCH
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