by pajares95 |
Virtud de la paciencia
Hijos míos:
la paciencia es una virtud que os da exquisitez en vuestra vida espiritual.
Os adorna de crisantemas, os adorna de hermosís...imas begonias, os adorna con preciosísimas guirnaldas.
La paciencia da hermosura a vuestro corazón porque esta virtud hace que aceptéis las cruces que el Señor se digne enviaros en vida.
La paciencia os va Cristificando acá en la tierra.
Sed pacientes como lo fue mi Hijo Jesús. Él soportó todo sufrimiento con amor porque sabía que el sufrimiento ofrecido a su Padre os daría un puesto de alta importancia en el cielo.
Por eso, hijos míos, sed pacientes en el sufrimiento.
No os desesperéis. No os impacientéis.
Soportadlo con amor y ofrecédselo al Señor para que os ciñáis en vida una corona de martirio, ya que los mártires en el Cielo ocupan una especial morada en el Reino Celestial.
La paciencia os purifica de toda infestación.
La paciencia engalana vuestro corazón de tal manera que podéis aguantar los vejámenes, las injurias, las derrotas, las crisis con amor.
Sed pacientes en la prueba.
Sed pacientes en la persecución.
Sed pacientes en la enfermedad.
Sed pacientes en vuestros momentos de cruz.
Sed pacientes con vuestros hermanos.
Aceptadlos tal y como son. Cada uno es un mundo distinto, es un mundo diferente y no pretendáis cambiarlos de la noche a la mañana.
Entregádselos al Señor y Él los transformará.
Las almas impacientes cometen infinidad de errores, errores que los conllevan a un lamento en vida.
Las almas impacientes se sofocan ante la más mínima contrariedad.
Las almas impacientes lo quieren todo en un mínimo de tiempo.
Las almas impacientes cometen torpezas.
Por eso, hijos míos, trabajad la virtud de la paciencia.
Soportad, aguantad, sufrid en silencio y con amor.
Hijos míos:
la paciencia es una virtud que os da exquisitez en vuestra vida espiritual.
Os adorna de crisantemas, os adorna de hermosís...imas begonias, os adorna con preciosísimas guirnaldas.
La paciencia da hermosura a vuestro corazón porque esta virtud hace que aceptéis las cruces que el Señor se digne enviaros en vida.
La paciencia os va Cristificando acá en la tierra.
Sed pacientes como lo fue mi Hijo Jesús. Él soportó todo sufrimiento con amor porque sabía que el sufrimiento ofrecido a su Padre os daría un puesto de alta importancia en el cielo.
Por eso, hijos míos, sed pacientes en el sufrimiento.
No os desesperéis. No os impacientéis.
Soportadlo con amor y ofrecédselo al Señor para que os ciñáis en vida una corona de martirio, ya que los mártires en el Cielo ocupan una especial morada en el Reino Celestial.
La paciencia os purifica de toda infestación.
La paciencia engalana vuestro corazón de tal manera que podéis aguantar los vejámenes, las injurias, las derrotas, las crisis con amor.
Sed pacientes en la prueba.
Sed pacientes en la persecución.
Sed pacientes en la enfermedad.
Sed pacientes en vuestros momentos de cruz.
Sed pacientes con vuestros hermanos.
Aceptadlos tal y como son. Cada uno es un mundo distinto, es un mundo diferente y no pretendáis cambiarlos de la noche a la mañana.
Entregádselos al Señor y Él los transformará.
Las almas impacientes cometen infinidad de errores, errores que los conllevan a un lamento en vida.
Las almas impacientes se sofocan ante la más mínima contrariedad.
Las almas impacientes lo quieren todo en un mínimo de tiempo.
Las almas impacientes cometen torpezas.
Por eso, hijos míos, trabajad la virtud de la paciencia.
Soportad, aguantad, sufrid en silencio y con amor.
DADO A AGUSTIN DEL DIVINO CORAZON. LIBRO DE ORO.
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