by pajares95 |
Ago 15_98 La Devoción a la Santísima Virgen María. |
Mensaje.
Mensaje dado a J.V en la Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María
Habla la Santísima Trinidad sobre la Devoción a la Santísima Virgen María.
MARIA, la Palabra más dulce del Universo. La Palabra que encierra el Amor de todo un Dios Encarnado. La Palabra, que en la Humildad de Su Poseedora, se encarna el Verbo de Dios. La Palabra que lleva al Salvador y Redentor del Mundo. La Palabra que se llena de la Acción del Espíritu Santo para consentir la Obra de la Redención Humana. La Palabra que hace mella sobre el mal al cumplirse la promesa de vuestro Dios, de que pisaría la cabeza de la serpiente con Su Talón Virginal.
MARIA, Humildad Santísima, Amor Santísimo, donación total al servicio de Su Dios, de Su Creador. En Ella pusimos todas Nuestras Virtudes y Gracias. La dotamos de todas las excelsitudes y respondió a todas ellas como solamente una Reina puede responder, con Humildad, con Amor y con Su Donación, Donación interesada sólo en hacer Nuestra Voluntad.
Creación Nuestra en excelsitud, porque sólo de una Reina de Su talla, podía nacer el Redentor, quién le había dado la vida, quién le había dado el Amor Supremo. No podía nacer Mi Hijo Amado de cualquier mujer, de cualquier creatura llena de defectos por causa del pecado original. Sólo un Real y Purísimo Tabernáculo Viviente podía llevar a Su Dios en Sus Entrañas Virginales, Entrañas Santificadas por la acción del Espíritu Santo, quién, a Su vez, la hace Su Esposa para toda la Eternidad.
El Santo Espíritu de Dios se manifiesta en Ella y Pedimos Su Permiso para llevar a cabo Nuestra Obra de Salvación y Ella, en Su dulzura, humildad y candidez, Nos responde nuevamente con la Realeza con la que fue constituida.
Mujer Total, Mujer Santísima, Mujer virginal, nada se Nos escapó para la Creación de la Reina del Cielo, de todos los Ángeles y de todos los Santos.
Todas las Virtudes están en Ella y nuevamente Su Realeza vuelve a aflorar al dársele la Maternidad Universal al pié de la Cruz. Maternidad que Ella acepta con dolor y gustosa de alegrar a Su Hijo, a Su Dios, a Su Amor Infinito.
Ella callada, Ella obediente, Ella donada totalmente a la Voluntad Nuestra.
Siempre aceptando Nuestros Designios y así Ella se vuelve, también, Cabeza y Madre de la Iglesia. Ella es la poseedora de la Sabiduría de Su Hijo y es ahora la principal columna en la cuál se apoyará en lo futuro la Iglesia, Poseedora y dispensadora de las Enseñanzas de Su Dios, Jesucristo hecho hombre, con la ayuda de María, Su Madre.
Es a través de María que se logra la principal intercesión de los hombres, de Sus hijos, para con Nosotros. Es a través de Ella que se logra la salvación hasta de los pecadores más empedernidos, en donde la Luz de la Verdad y la Luz de la Virtud, casi ya no se les ve y Ella, con Su Amor para con todos vosotros, alcanza, en un acto majestuoso de Amor por Nosotros y de Amor por Vosotros, aplicando todo Su Amor y Sabiduría, alcanzará vuestra salvación.
Ella conoce el contento que da a Nuestro Corazón con la salvación de cada alma y en especial, por las que están prácticamente perdidas. Ella aprovecha y Nos muestra con Su Intercesión, hasta los actos más pequeños e insignificantes de vosotros, con tal de Movernos a la Misericordia y alcanzar la salvación eterna de las almas.
Lucha fuertemente contra Nuestro enemigo y Ella lo puede TODO contra él. El maligno la esquiva y no soporta escuchar Su Santo Nombre. Al nombre de MARIA, todos los espíritus del mal desaparecen, porque reconocen en Ella, Su Realeza Celestial, ya que a Ella la hemos dotado de todas Nuestras Potencialidades sobre todo lo creado y esto lo incluye a él. El mal nunca podrá contra Ella y Ella siempre protegerá a Sus hijos, a vosotros, contra sus asechanzas.
Vivir bajo Su Amparo, vivir bajo Su Intercesión, vivir bajo Su Amor, es la mayor sabiduría que vosotros podéis tener, al donaros totalmente a Vuestra Madre Celestial.
La Pura, la Santa, la Inmaculada, la Sencilla y la Humilde. Es en la Humildad de María en donde se derraman todas Nuestras Bendiciones. Su Humildad Nos vence. Nada quiere para Ella, todo es para el servicio de Su Dios y de Sus hijos. El Amor a Nosotros es Su finalidad y Su Alimento Espiritual. Es Su Amor el que logra la santificación de las almas. Ella os viste con la túnica preciosa de las virtudes y de los méritos y así os presenta, en tal forma arreglados, que alcanza de Nuestra Divina Persona, al final de vuestra misión, Gracias de Santificación que en otra forma no se podrían lograr.
Ella se vuelve así, Dispensadora de TODAS las Gracias y Bendiciones, que otorgamos a todas las almas. Ella siempre está atenta a vuestras humanas y espirituales necesidades, nada se escapa a Su Vista e intercede insistentemente por la salvación de todos vosotros. Por ello, las fuerzas del mal, siempre la atacan y aún la atacarán en éstos tiempos que estáis viviendo, en los cuáles los traidores a Mi Iglesia y a Mi Hijo, tratarán de evitar todo acto de devoción y respeto a Nuestra María, para que, al no recibir vuestras oraciones, plegarias, penitencias, ayunos, Ella no os pueda ayudar.
Todo aquél que trate de evitar la devoción a Mi Hija, la Siempre Virgen María, es un traidor a Su Dios y a Ella y se ha vendido a las fuerzas del mal y, aunque se luche y os quiten Sus Imágenes de los Templos, siempre llevad Su Imagen en vuestro corazón, en donde realmente habita, junto con Nosotros. No os apartéis nunca de Su Providencia Virginal y no sufriréis la muerte espiritual. Acudid siempre a Su Amparo y Guía, es Vuestra Madre Celestial. Ella os guiará siempre a la Pureza de Corazón y a alcanzar todas las Virtudes, las Santas Virtudes, que os alcanzarán la Gloria Eterna. Todo esto lo hará sólo por amor, en Ella no hay intereses superfluos, sólo el interés de que Nosotros nos alegremos con vuestra salvación.
Vivid en Ella, como Ella vive en Nosotros, postrados en amor, agradeciendo cada momento de vuestra existencia e intercediendo por la salvación de vuestros hermanos, tanto por los de la tierra como por los del Purgatorio.
Las almas devotas al Amparo y Amor de vuestra Madre Celestial, son almas escogidas para una segura salvación.
¡No hay creatura más excelsa en cielos y tierras, que Vuestra Madre Celestial, la Siempre Virgen María!
Os bendecimos en Nuestro Santo Nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que la Paz y el Amor estén siempre con vosotros y los vuestros y que la compañía y la veneración a Vuestra Madre Celestial os alcance la Vida Eterna.
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