by pajares95 |
Asunto: De la entrevista a Maria Simma y los ministros extraordinarios de la Eucaristia. Este texto lo encontrareis en el libro de María Simma muy conocida en Medjugorje.
—¿Han dicho algo de los ministros extraordinarios de la Eucaristía?
—Sí. En condiciones normales, solamente las manos consagradas de los sacerdotes pueden distribuir la Comunión. La ley de la Iglesia dice que debe hacerse así salvo que haya "circunstancias extraordinarias", como que el sacerdote estuviera enfermo en cama[24]. "Extraordinarias" no se refiere a que los fieles deban esperar dos minutos en lugar de diez para recibir la Comunión. Siempre debemos prepararnos en oración para recibir a Jesús, y las personas que insisten en hacer todo lo más rápido posible no saben el privilegio enorme y la fuente de gracias y de protección que obtenemos al recibir a Jesús.
Si alguien necesita pruebas de que a Dios no le gusta el modo atolondrado en que hoy en día se hacen uso de los ministros extraordinarios de la Eucaristía, puedo contar la siguiente historia sobre algo que ocurrió muy cerca de aquí hace poco tiempo.
No hace mucho falleció una mujer que solía repartir la Comunión y que había inducido a muchas otras mujeres a que obraran igual. Yo no la conocía muy bien, pero había oído hablar mucho de ella. Antes del funeral, el ataúd estaba abierto para que la familia y los amigos pudieran despedirse. En el momento previsto, se cerró el ataúd. Pero antes de que hubiera transcurrido una hora, un pariente cercano llegó tarde y le pidió al sacerdote que por favor lo abriera brevemente para poder despedirse de la difunta al igual que el resto. El sacerdote accedió y, con una o dos personas presentes, levantó la tapa y miró dentro. Fueron testigos de algo que no era lo que habían visto un rato antes. Las manos de la mujer se habían vuelto de color negro. Este signo, para mí, como para el resto, fue una confirmación de Dios de que las manos no consagradas no pueden distribuir a Jesús durante la Comunión.
Por otro lado, el llamado "altar del pueblo " también es algo que deleita a Satanás. Jesús presente en el tabernáculo debería estar siempre en el centro de la Iglesia. Al dar la vuelta al altar sucedieron varias cosas. Para empezar, la concentración de los fieles en Jesús se disipó por tener ahora la cara del sacerdote entre medias, y la cara, como todo el mundo sabe, es el punto de comunicación más fuerte entre las personas. Solamente durante la homilía deberían concentrarse los fieles en el párroco, en su palabra y en su rostro. Al dar la vuelta al altar se dejó a Jesús en un lugar secundario, lo que dio como resultado el que se lo dejara en un costado y luego, por último, como sucede hoy en día en muchas iglesias, totalmente separado, en un ala distinta o hasta en una habitación totalmente separada. Precisamente esto es lo que Satanás tenía en mente desde el principio, ¡deshacerse de Jesús!
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